~Preguntas y Decisiones~

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Amanecí con un poco de dolor de cabeza, no entiendo porque, si ni siquiera tomé tanto, es mas, cuando me jaló Lando para ir a bailar se me bajo lo pedo, ya me había despertado sólo que aún mantenía los ojos cerrados y por alguna razón sentía mi cuerpo demasiado pesado, ni siquiera podía moverme, -ay Diosito por favor te pido por lo que mas quieras, que no se me haya subido el muerto, te lo pido por favor-, cuando abrí mis ojos casi me meo en la cama al ver un bulto de sábanas blancas encima de mi, trate de mover mis manos pero era inútil, esa cosa era muy pesada, respiré profundo y traté de moverme cosa que logré, haciendo que una de mis manos quedará libre, entonces agarré las sábanas blancas y........

-Jesús, María y José y los animalitos del pesebre-, casi me da un infarto cuando vi a Colapinto abrazado de mi, que rayos hacía Franco en mi departamento y sin camisa y porque tenía marcas, ¡MARCAS!, -Ay virgencita que no haya hecho una estupidez con este muchacho porque te juro que me cortó el pilin-, traté de levantarlo moviendolo bruscamente cosa que logré, Franco se separó de mi y me volteo a ver con una sonrisa, -Diosito por favor, mirale la cara al muchacho, que no haya hecho nada raro con el, yo me encariñe con el, el no lo sabe pero ya lo adopte como mi hijo-.

—Buenos días Franco, ¿Cómo estás? ¿Cómo amaneciste?— no voy a negar que la cola me estaba temblando
—Buenos días Checo, estoy bien gracias, ¿este es tu departamento?, Dios me duele la cabeza y el cuerpo—
—Este, si, me imagino, ¿recuerdas lo que paso ayer?, qué te parece si vamos a desayunar—
—Muy pocas cosas recuerdo, claro te acepto el desayuno—
—Voy a la cocina a prepararlo—

Salí inmediatamente de mi habitación, es que no me cabía en la cabeza que yo hubiese hecho algo con Franco, traté de tranquilizarme y recordar que había pasado pero en mi mente sólo eran recuerdos borrosos, así que decidí llamarle a Russell o a alguien de los chicos pero fuí interrumpido cuando escuché el grito de Colapinto.
El pene se me hizo chiquito cuando vi a Franco caminando en dirección hacia mi, con la mano en el cuello y sonrojado, -Diosito aplaca a tu hijo, recuerda que estoy a nada de regresar a la f1, no estoy listo para ir a visitarte, hazme la balona, porfa-.

¡ZHOU! HIJO DE PUTA TE VOY A MATAR— okey eso si no me lo esperaba, que tenía que ver Zhou.
—Tranquilo Franco, que fue lo que paso—
—¡Que me tranquilice!, mira lo que me hizo— así que fue Zhou, bueno agradecía que entre el y yo no haya pasado nada y.... Perate que Zhou hizo que.
—A ver, a ver, Franco tranquilízate,cómo estás tan seguro de que eso te lo hizo el—
—Por qué el pibe se acercó a mi, primero me dijo algo en el oído pero no recuerdo que fue y después sentí como una mordida en mi cuello y lo aventé..... —Checo sos consciente que este hijo de puta me hizo un chupón— bien ahora yo era el que quería matar a Zhou, como se atrevía a tocar a mi cría
—Mira Franco ahorita buscamos cómo quitarlo naturalmente, creo que con una cuchara se puede, así lo hacemos en México, bueno lo hacen allá, bueno el punto es, que por el momento hay que cubrirlo con maquillaje, tranquilo no va a pasar nada—
—No, cómo me voy a tranquilizar, si me ven así estoy acabado, pero está bien Checo, voy a tratar de tranquilizarme—
—Mira buscaremos una solución te parece bien, por el momento, no me lo tomes a mal pero te tengo que dejar solito, Toto me habló por celular y dijo que quería verme, ya sabes por lo de los asientos y eso, pero estas en tu casa, el desayuno ya esta listo—
—Claro, claro, ve para que no se te haga mas tarde, sos un grande Checo recordaló siempre, ese asiento ya es tuyo— me dió una sonrisa la cuál correspondi.

Sale de mi casa, que Franco me haya dicho esas palabras fue muy alentador para mi, me fuí en dirección al motorhome de Mercedes ahí me encontraría con Toto, pero en el camino me encontré a cierto ojos rasgados, -resale al de arriba Zhou porque no te salvas de haber dejado un chupetón en el cuello de mi cría-, iba directo hacia el cuando me interceparon Charles, Carlos y Lewis.

Amor A La Mexicana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora