Amor A La Mexicana

~Rumores y presentimientos~

El mes de noviembre se acercaba y en México se celebraba una de las más bonitas tradiciones, “dia de muertos”.

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Max y yo nos dimos una escapada nocturna para recorrer la ciudad, todo era muy bonito, aproximadamente eran las doce de la madrugada, en las calles no había tanta gente, todo era perfecto, íbamos caminando mientras Max me hacía preguntas sobre México y la tradición del día de muertos, en que consistía y cosas así.

—¿Entonces se supone que el 2 de noviembre vienen tus fallecidos si les pones un altar?—
—Asi es Maxie, normalmente cuando las personas contraen matrimonio, en el altar se juran amor eterno y dicen la frase “hasta que la muerte nos separe” pero aquí en México no aplica ya que ni la muerte puede separar a dos personas que se aman, incluso a las mascotas fallecidas se les puede poner un altar el día 27 de octubre y tus mascotas fallecidas vendran a visitarte—
—Wow, siento que es muy bonito pero a la vez es triste—
—Si, para algunas personas suele ser nostálgico pero saber que tus familiares vienen a visitarte desde el mas allá, es muy lindo imaginarlo—

Seguí caminando tan distraído que no me di cuenta que Max se había quedado atrás, hasta que dijo mi nombre.

—Checo— me lo dijo casi audible para mi
—¿Que pasá mi amor?—
—Yo se que tu y yo no estamos casados aún, pero yo también quiero prometerte una cosa, que te voy a amar siempre y ni la muerte nos va a separar, te amo cómo no tienes una idea, gracias por llegar a mi vida y cambiarla por completo—
—Si sabes que te amo demasiado y que soy la persona mas afortunada en tenerte—
—Te amo checo—
—Y yo a ti mi amor—

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Se había llegado el día de las prácticas libres en dónde se supone que yo debí haber corrido, pero no fue así, porque no lo hice, bueno resulta que en la mañana amanecí con ascos, Toto me dijo que sería un suicidio así que no correría.

Iba caminando directo al hospitality de Mercedes pero en el camino me encontré a alguien.

—Checo— la voz de aquella mujer hizo que me detuviera.
—¡Kelly!—
—Hola, seré directa, quiero decirte que me alegro de que estés por fin con Max—
—Gracias, supongo—
—De verdad espero que sean muy felices— esta conversación no iba a ningún lado para mi y se estaba volviendo algo incómodo
—Gracias, aprecio mucho tus palabras—
—Estoy segura que seran una familia hermosa, porque, piensan tener hijos ¿no es asi?—
—¿Perdón?—
—Si ya sabes, Charles esta esperando un bebé de Carlos y supongo que tú esperarás los hijos de Max—
—Ah, si, bueno creó que no es así de fácil, Charles puede dar vida pero no todos los hombres pueden y yo, bueno pues yo no, ya sabes—
—Oh una disculpa, pense que tu también podías, te dire un secreto, cuando Max estaba conmigo el deseaba formar una familia, de verdad espero que eso no trunque su relación— okey si esta conversación antes era incómoda ahora era triste para mi
—No te preocupes Kelly, siempre hay solución para todo— le di una media sonrisa que mas que alegría reflejaba mi decepción.

Kelly se fue y para ser honesto me quede pensando todo lo que me dijo, es cierto, yo soy hombre, tengo dos semanas de relación con Max en las cuales hemos tenido sexo y nunca nos hemos cuidado y no me ha pasado nada, lo cual quiere decir que yo no puedo crear vida, inmediatamente me regresé al garage de Mercedes, en el caminó me encontré a Charles y verlo me dolió demasiado, su pancita ya se notaba, el le iba a dar un hijo a Carlos cosa que yo no le podia dar nunca a Max.

—Hola Chequito, que pasa, todo bien, tienes cara de que te quieres ir a encerrar y llorar para siempre—
—No Charles todo bien, sólo que en la mañana amanecí con ascos y me siento un poco mal, eso es todo—
—Mmmm, deberías tomar algo, enserio te ves mal—
—No te preocupes Charles estoy bien— no se en que momento comencé a llorar, juro que no quería hacerlo, pero Kelly tenía razón, jamas le iba a poder dar un hijo a Max y ver a Charles sólo hacía que me doliera mas el corazón
—Checo que tienes, no llores—