♡ ᴏɴᴇ-ꜱʜᴏᴛꜱ ♡

KnY: Giyuu Tomioka

Caminabas por los pasillos del edificio del servicio secreto, ajustándote el traje oscuro que te confería un aire de profesionalismo, pero también te recordaba la seriedad de la misión que estabas a punto de emprender. Habías recibido la llamada de Ubuyashiki temprano en la mañana, y aunque la naturaleza de la tarea aún no estaba clara, te había dejado claro que trabajarías con Giyuu en esta ocasión. La idea te intrigaba, ya que él era uno de los más reservados de todos los Pilares, y esta era la primera vez que colaborarían tan estrechamente.

Al llegar a la sala de reuniones, encontraste a Giyuu ya sentado, revisando una pila de documentos. Su expresión era tan imperturbable como siempre, y el silencio en la sala parecía casi tangible. Tomaste asiento a su lado, deslizando una carpeta frente a ti y comenzando a leer.

—Parece que nos enfrentamos a un caso de narcotráfico bastante complicado —comentaste, rompiendo el silencio mientras escaneabas las primeras páginas del informe—. Al parecer, están utilizando empresas de fachada para distribuir la mercancía.

Giyuu asintió sin levantar la vista.

—He notado que tienen varias rutas de distribución que cruzan el país. Pero aún no hemos identificado a los líderes principales —murmuró, señalando un mapa con varias marcas rojas que representaban puntos de interés.

Levantaste la vista hacia el mapa, y tus pensamientos se interrumpieron cuando escuchaste la puerta abrirse. Rengoku entró con una sonrisa animada, llevando una carpeta y un café en la otra mano.

—¡_____! Giyuu! ¿Preparándose para la misión? —preguntó, sentándose a su lado sin ser invitado, como era su costumbre—. Me dijeron que ustedes se encargarían de este caso. Si necesitan refuerzos, ya saben dónde encontrarme.

—Gracias, Rengoku, pero creo que por ahora estamos bien —respondiste, sonriendo un poco ante su entusiasmo.

—¿Sabes algo sobre esta operación? —preguntó Giyuu, mirando a Rengoku.

—He escuchado un poco —dijo, tomando un sorbo de su café—. Tengan cuidado, esta gente no juega. Al parecer, están bien conectados y usan la tecnología más avanzada. Tendrán que ser muy cautelosos.

Rengoku se levantó, dándote una palmada en el hombro.

—Confío en que harán un gran trabajo. ¡Nos vemos luego! —dijo, antes de salir de la sala con su típico andar decidido.

Giyuu y tú intercambiaron una mirada antes de continuar revisando los documentos. La información parecía interminable, y cada página revelaba detalles cada vez más oscuros sobre la operación. Después de un rato, Mitsuri apareció en la puerta, asomándose con una expresión preocupada.

—¡_____! Giyuu! —llamó, entrando—. ¿Puedo ayudarles en algo? Me han dicho que este caso es peligroso.

—Gracias, Mitsuri, pero por ahora estamos tratando de armar el rompecabezas —dijiste, señalando las pilas de papeles.