Capítulo 35: "Zabuza, caído en la nieve y la sonrisa carmesí"

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-Bravo, Bravo, ¡que espectáculo tan maravilloso, ninja de la hoja!

La joven, sin salir de su lugar ni del trance de ver a su querido amigo muerto de la misma tortuosa forma que Rin, notó la enana figura de Gato caminar hacia el hombre de cabellos albinos. Dos subordinados a cada lado, un bastón y altanero (a pesar de que hasta Tonemi era más alta que él), el hombre sonrió y dirigió algunas palabras.

-Iba a deshacerme de Zabuza de todas formas, me ahorraste un tedioso trabajo. -soltó una risotada. Tonemi no podía con el enojo, pero los ojos del espadachín estaban fijos en ella, en el arbusto donde estaba y le pedían a gritos no salir de su posición. Su chakra estaba ahora, regulado, oculto y deseoso de matar a todos esos bastardos que se estaban atreviendo a insultar el nombre de sus camaradas.

Y lo siguiente le hirvió la sangre, pero no podía hacer nada.

En un movimiento, Gato pateó a Haku y escuchó una conversación entre el pequeño rubio compañero de Sasuke (a quien todavía no reconocía porque no le había visto la cara pero se le hacía familiar) y el demonio de la neblina, que terminó con Zabuza botando lágrimas por Haku y ella, aguantando las ganas de chillar porque volvía a perder a quienes amaba.

Aunque no quiso interferir y prefirió obedecer a su compañero, Zabuza le dedicó una última mirada y unas palabras, volviendo a captar a Kakashi, al chico rubio y al mismo Gato mirando hacia donde ella estaba.

-Oye niña. -comenzó, apuntando sus ojos hacia el arbusto, sacando sus vendas y llamando la atención de todos los presentes-. Cierra los ojos, por Haku. -se escuchó un gemido ahogado de parte de la muchacha y aunque había alguien extra a los presentes, Kakashi no se inmutó ni puso posición defensiva, como si estuviera respetando las palabras de su enemigo-. Vive por nosotros y no me llores. Esos ojos rojos tuyos ya han perdido lo suficiente como para lamentarse por un viejo idiota como yo. A Haku si quieres lo puedes llorar, pero no ahora. -bufó-. Cuídate, Katon. -suspiró-. Niño, dame tu kunai.

La mujer hizo caso a lo ordenado y cerró sus ojos, escuchando cómo una batalla personal entre Zabuza y todos esos seguidores de Gato se efectuaba. Los cortes sonaron por momentos pequeños, pero efectivos y escuchó además cómo Gato, aterrorizado, retrocedía para huir, lanzando toda clase de insultos hacia el demonio de la neblina. Tonemi sabía que Zabuza no lo dejó, pues su audición había sido desarrollada antes que su Sharingan, así que escuchaba y sentía las vibraciones del suelo y el aire.

Gato había caído al río.

Kakashi tomó a Zabuza y lo dejó junto a Haku por petición.

Y así, pudo morir pensando y mirando lo que más apreciaba, dando las gracias a una compañera que había estado con ambos hasta el final.

Se formó un silencio y la joven finalmente salió de su escondite, sorprendiendo a los seguidores de Gato quienes, horrorizados de saber quién era, retrocedieron. Kakashi Hatake reconoció la máscara del ninja que usaba su técnica y a pesar de que quiso interrogar, pudo sentir que el chakra de la persona no solo era familiar, sino que estaba desolado.

Zabuza y Haku debieron significar mucho para ese ninja.

-¿Ese no es... El ANBU que murió con Zabuza la... primera vez? -preguntó él niño rubio a su maestro, quien asintió.

Ambos miraron cómo el ANBU de la neblina caminaba hacia los cuerpos sin vida de sus compañeros. Se agachó y los abrazó, cerrando sus ojos para siempre y acariciando sus rostros pacíficos. Soltó un par de sollozos, pues le fue imposible no derramar lágrimas ante una muerte tan injusta y melancólica. La nieve que caía sobre ellos daba la sensación de que era Haku, quien lloraba a su lado.

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Tonemi Shinden || El Diente De LeónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora