Tonemi Shinden || El Diente De León

Capítulo 17: "El Prodigio Y El Del Cuerpo Parpadeante"

Los años pasaron llenos de buenas y malas noticias.

A pesar de la insistencia, las amenazas y los llantos, durante el primer año finalmente el distrito Uchiha cambió de lugar su territorio cerca de las afueras de la aldea. Su corazón, roto, vio por última vez el que había sido su hogar por años, lleno de recuerdos con su abuela y su hermano menor. Kakashi la acompañó en su duelo, pues el resto de sus compañeros estaba en misiones y no podían acompañarla de momento. Lloró como no había llorado en mucho tiempo, abrazada de su compañero de cabellos albinos que acariciaba su cabello y apretaba su mano.

El segundo año, vio a Shisui como miembro definitivo del cuerpo especial ANBU. Lo felicitó por su trabajo e hicieron varias misiones juntos. Ese chico era un talento innato y su mangekyou Sharingan era un tesoro. Tesoro que tenía que mantener lejos de Danzo, pues ya sabía la naturaleza del personaje. El Kotoamatsukami era un poder terrible, pero estaba en grandes manos. Shisui era un devoto por su aldea y amaba a su gente. Tenía un corazón puro, era un hombre sencillo y amable con todos. Un verdadero ninja que servía a su nación.

El tercero, supo de la deserción de Orochimaru como ninja de la aldea. Resultó que todos esos experimentos que ella había visto en el laboratorio eran experimentos con niños reales, donde muchos habían perdido la vida y "Tenzo", un pequeño niño (que parecía mujer por su cabello largo) había sido el único sobreviviente, quien casualmente se unió a los ANBU.

Ese mismo año, Jiraiya se marchó en busca de su compañero Sannin, porque lo quería y quería que volviera a ser parte de la hoja. Lo dudaba, pues Kakashi le comentaba que la decisión había sido tomada. Sin embargo, y en sus palabras, "Debieron haberlo matado, pero el Hokage no hizo nada al respecto", cosa que no dudó en ningún momento. Ya llevaba unos años dudando de sus capacidades como Hokage y toda la libertad que le daba a Danzo respecto a los ANBU.

Durante el cuarto año, Sasuke ingresó a la academia y su ahora compañero ANBU Itachi le presentó a Izumi, una chica mitad Uchiha. Era bonita y Mikoto cada vez que los veía, sonreía. El lazo entre Itachi y Sasuke se volvía cada vez más cercano y el menor era tan precioso y educado, que siempre lo buscaba a él o a ella para entrenar. Amaba a su sobrino Sasuke, le había iluminado la vida.

A pesar de todas las prohibiciones que tanto Danzo como Hiruzen le hicieron respecto al hijo de su maestro Minato, Tonemi hizo como que no escuchó absolutamente nada y a veces se colaba al departamento donde tenían a Naruto para darle algo de comida y jugar con él. Con su máscara de conejo, claro, para que no reconociera su rostro.

Y habían hecho una promesa de no hablar de que ella pasaba a visitarlo casi todos los días.

Le contaba sobre la academia, sobre los días, sobre el chico lindo y popular que ignoraba a todas las niñas llamado Sasuke-teme (soltó una risotada cuando lo escuchó) y que había una pequeña niña muy bonita de cabello rosa y ojos verdes que aparentemente le gustaba, llamada Sakura-chan. Pero ella solo tenía ojos para el Uchiha al igual que todas las demás, tal y como Tonemi intuía.

Que popular salieron los Uchiha...

Con Itachi le había pasado algo muy similar, solo que se había fijado en una de sus compañeras. Izumi había sido la única que no se había comportado como fanática a su lado, lo que probablemente haya sido lo que llamó su atención.

-¿Te vas, conejo? -preguntó el niño-. Quería entrenar...

Tonemi suspiró con tristeza. Tenía una misión con Kakashi justo ese día.

-Tengo una misión hoy, lo lamento. -le dijo con tristeza, pero se le acercó y colocó dos de sus dedos en la frente del menor-. La próxima vez, Naruto. ¿Sí?