DC: Comienza como Superman femenina/Supergirl

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Aunque Gordon había recibido la tarea de destruir el monorraíl, ni Kara ni Bruce se permitieron relajarse. Aún tenían que enfrentarse al cerebro detrás del caos: Ra's al Ghul y la Liga de las Sombras.

Si destruir el monorraíl era la única solución, ¿por qué no hacerlo directamente desde la isla? Este pensamiento rondaba en la mente de Kara.

"¿No sería más efectivo destruir la vía aquí en la Isla Arkham? ¿Por qué enviar a Gordon hasta la ciudad para destruir el otro extremo?", preguntó Kara con los brazos cruzados.

Bruce, visiblemente frustrado, suspiró. "¿Puedes dejar de cuestionar mis planes?"

Kara se encogió de hombros mientras pateaba a un matón que se acercaba y lo enviaba a volar por los aires con facilidad. "Es solo una idea. No te lo tomes como algo personal"

Sus comentarios mordaces empezaban a darle dolor de cabeza a Bruce. Pero tenía un punto: ¿Por qué no destruir el monorraíl aquí, evitando que Ra's siquiera intente llegar a Gotham? También evitaría poner a Gordon en peligro innecesario.

Pero ya habían hecho su movimiento y no había tiempo para repensar la estrategia. Gordon debería estar en posición pronto y ya no había vuelta atrás.

Toda la isla Arkham se había sumido en el caos. Todos habían sido afectados por la toxina del miedo, causando pánico y violencia generalizados.

Como dice el dicho, el miedo extremo puede conducir al colapso o a la locura.

Por todas partes estallaron peleas, mientras la gente, presa de sus peores miedos, atacaba con desesperación. Kara observó cómo se desarrollaba la locura con el ceño fruncido, sus instintos se activaron mientras noqueaba a varios civiles en rápida sucesión. No eran sus enemigos, pero estaban demasiado perdidos para detenerse de otra manera.

Sus ataques, aunque controlados, no eran ligeros. Las personas que sometió no se despertarían durante un tiempo y, cuando lo hicieran, probablemente terminarían en un hospital.

Bruce también se movió rápidamente a través del caos. Si bien tenía muchas armas a su disposición, se negó a usar la fuerza letal. Se adhirió estrictamente a su principio de no matar, que Kara encontró admirable, aunque a veces incómodo.

De repente, Kara extendió la mano y agarró a Bruce por su capa, casi haciéndolo tropezar.

"¿Qué?" preguntó Bruce, sin molestarse por su fuerte agarre, pero curioso por lo que había descubierto.

Kara cerró los ojos, concentrándose. Luego, los abrió de par en par, con alarma destellando en su expresión. "Tu amiga Rachel, ¿está en la isla?"

"¿Qué?" El rostro de Bruce se puso pálido. "¿Rachel?"

Kara tenía los sentidos agudos y había escuchado algo. No era solo el caos habitual a su alrededor; había escuchado la voz del Espantapájaros.