DC: Comienza como Superman femenina/Supergirl

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Jennifer encarnaba perfectamente lo que significaba estar sorprendida, no, era un verdadero shock.

El shock llegó cuando pidió ser transferida a Ciudad Gótica.

De hecho, no hace mucho tiempo, solo un mes, Ciudad Gótica tenía un fiscal de distrito honesto, que también era el novio de Rachel en ese momento.

Pero según Bruce, ese fiscal de distrito estaba muerto.

En ese momento, Kara había comentado sarcásticamente que Bruce probablemente estaba usando la tragedia para jugar la carta de la viuda, aunque era solo una queja. Rachel no era la esposa del fiscal del distrito, por lo que en realidad no era viuda.

Ahora, un mes después, debido a la solicitud voluntaria de Jennifer y la urgente necesidad de Ciudad Gótica de un nuevo fiscal de distrito, su transferencia había sido aprobada.

Jennifer, que ya era fiscal de distrito en Metrópolis, pudo asumir el puesto en Ciudad Gótica inmediatamente después de su llegada.

Cuando Kara escuchó la noticia, dejó todo y corrió a la casa de Jennifer esa misma noche.

"¿Estás loca?" Kara gritó tan pronto como abrió la puerta de la casa de Jennifer.

Kara tenía una copia de las llaves de Jennifer, al igual que Dani. Y por supuesto, Jennifer también tenía copias de las suyas.

Pero cuando Kara entró, no vio a Jennifer de inmediato. No era que no estuviera en casa, ya que Kara se dio cuenta rápidamente con su súper audición, Jennifer estaba en la cocina.

Conteniendo temporalmente su frustración, Kara se dirigió a la cocina.

Allí, encontró a Jennifer y Dani, ambas ocupadas preparando la cena. Parecía que estaban celebrando algo.

"¡Jennifer! ¿Estás loca?", gritó Kara de nuevo.

Jennifer miró a Kara y luego señaló sus pies.

Kara había entrado furiosa con los zapatos puestos.

Aunque todavía estaba enojada, Kara se inclinó a regañadientes, se quitó las zapatillas y las sostuvo en sus manos.

"Honestamente, a tu edad, sigues siendo muy impulsiva. Deberías intentar usar tacones y vestidos, ¿no crees?" Jennifer bromeó, sin perder la oportunidad de burlarse de ella. Giró con su elegante vestido azul, dejando que la falda flotara con gracia como una flor.

Pero Jennifer no se dio cuenta de que la expresión de Dani, ya seria, se oscureció aún más.

"Lo siento mucho, pero no uso vestidos", espetó Dani, claramente irritada. Su trabajo no le permitía vestirse tan elegantemente como Jennifer.