DC: Comienza como Superman femenina/Supergirl

25

Después de calmar las emociones del pequeño Clark, Kara comenzó a prepararse a fondo para el examen de ingreso a la universidad.

El material no le parecía difícil, ya que Kara podía leer de un vistazo diez líneas de texto y recordarlas perfectamente.

Sin embargo, necesitaba más preparación para la entrevista. Por eso, Kara y sus amigas practicaron con una simulación en la escuela. Dos de ellas actuaron como entrevistadoras mientras que la otra era la entrevistada, basándose en las experiencias de algunos estudiantes de último año y hermanas mayores de la escuela.

Por supuesto, las simulaciones a menudo se convertían en farsas. Por ejemplo, Jennifer le preguntó a Kara cómo cuidaba su cabello y su piel.

Kara, confundida, nunca había prestado mucha atención a esas cosas: ¿Debería decir que la luz del sol era su mejor aliada? Bueno, sí, tomar el sol le hacía bien.

Pero si Jennifer seguía su consejo, podría terminar bronceándose...

Dani, por otro lado, tenía curiosidad por saber qué tipo de chico le gustaba a Kara o si prefería a las chicas.

Kara se quedó sin palabras: "¿Estás segura de que un entrevistador te va a hacer este tipo de preguntas?"

—Muy bien, hablemos de tus medidas —bromeó Jennifer, cruzándose de brazos y fingiendo escrutar la figura de Kara con evidente envidia.

Kara levantó las manos en señal de rendición: "Bueno, basta de jugar"

Kara tenía una figura perfectamente proporcionada, con una altura de más de 1,80 metros, lo que se consideraba alto incluso para los chicos.

Pero no era solo que fuera alta y delgada; su cintura era notablemente esbelta y sus medidas seguían la proporción áurea, lo que siempre provocaba que Jennifer hiciera comentarios sarcásticos.

Durante un tiempo, Jennifer incluso había querido mudarse a la casa de Kara, comer, vivir y hacer ejercicio con ella.

Jennifer siempre se preguntó si era el ejercicio lo que mantenía la figura de Kara en tan buena forma.

Sin embargo, sus padres nunca estarían de acuerdo con tal idea.

De esta manera, las tres chicas comenzaron sus preparativos para el examen universitario, luciendo tensas pero sin sentirse nerviosas en absoluto.

El examen transcurrió sin problemas. Todas habían estudiado bien y completado sus tareas, por lo que sus calificaciones finales fueron excelentes. Si no sucedía nada imprevisto, todas aprobarían el examen escrito.

Sin embargo, todavía tenían que enfrentarse a los entrevistadores.

En términos generales, las preguntas de la entrevista se dividían en dos categorías: preguntas sobre la universidad y preguntas sobre el estudiante.