𝘋𝘢𝘣𝘪 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘢 𝘥𝘶𝘥𝘢𝘥𝘰 𝘥𝘦 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘦 𝘩𝘦𝘤𝘩𝘰 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘢 𝘱𝘳𝘦𝘴𝘵𝘢𝘥𝘰 𝘢𝘵𝘦𝘯𝘤𝘪𝘰́𝘯 𝘢 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘴𝘦𝘢 𝘴𝘶 𝘴𝘦𝘥 𝘥𝘦 𝘷𝘦𝘯𝘨𝘢𝘯𝘻𝘢 𝘢 𝘴𝘶 familia.
Pero entonces llegó un día esa hermosa mujer de oj...
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Narrado por: Aizawa Nyxia.
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Estoy sentada en sus piernas de nuevo y por más que le pedí que me soltara para tener más precisión no me deja.
Sostengo su nuca y coso su piel con aguja e hilo, la sangre me Mancha las manos aunque ya no es tan abundante a pesar de todo, Dabi me aprieta los muslos con tanta fuerza que es doloroso pero no le replicó ya que más doloroso debe ser que te cosan la cara.
- Hablame de algo- me pide con la voz atropellada muy baja.
Yo coso mientras tarareo una canción y luego suspiro no se que contarle.
- Había una vez un pueblo donde nadie sentía nada, no tenían sentimientos, entonces apareció un artesano- sigo cosiendo, el suspira de dolor- Que creaba lágrimas de cristal, cuando hizo que alguien llorara esa persona se dio cuenta que estaba vivo, porque llorar significa sentir y...
- Una tontería.
- Callate amargado- le digo sonriendo acabando de coser- Entonces todos querían llorar porque así se sentían vivos, pero aquel artesano un hombre gorobado y arapiento no toleraba las mentiras, no puedes mentirle porque el conoce todo de ti.
-¿Cual es el punto?.
Tomó las grapas es momento de ponerlas y siento que esto me está doliendo más a mi que a él.
- Todos tenemos un fabricante de lágrimas y todos somos el fabricante de lágrimas de alguien.
- Eso es del libro que te gusta, ese que tienes todo dañado en tu cuarto.
- Mi madre me lo regalo, así empezaron a gustarme los libros, la historia es muy hermosa, sobre todo la redacción es poesia.
Comienzo a colocar las grapas, hace una mueca de dolor cada vez que colocó una pero al final ya término, comienzo a desinfectar con una gasa y agua oxigenada, ni habla por un rato mientras lo hago lo cual entiendo completamente.
Una vez término limpio la sangre que tiene en la cara y le acarició la mejilla con cuidado.
- No vuelvas a hacer eso, me estabas quemando- miro mis brazos y efectivamente tengo la marca de sus manos.
- Ya me quedo claro no lo haré, si prometes ser sincera conmigo.
- Ya fui sincera.
Se tensa y me muera molesto debido a mi respuesta pero honestamente no estoy de humor para seguir fingiendo.
- Dabi, no voy a hacer nada que te haga daño, hacer las cosas por tu bien no es traicionarte.
- Mi padre decía eso, es una maldita mentira.
Le sujeto las mejillas y hago que me mire, tiene una expresión de seriedad arrolladora pero lo que de verdad me apuñala son sus ojos turquesa.
- Dabi...
- Déjalo, debo irme.
Antes de que se levante lo detengo y miro su cabello, tiene raíces blancas lo que me descoloca un poco, siento su mirada y enseguida escucho como se ríe.
- ¿estas teñido?.
- Es un tinte temporal, se cae con agua y es una maldita molestia volver a ponerlo.
-Ah... Ya entiendo porque no te bañas.
Se ríe con voz ronca y yo no puedo evitar sonreír un poco, parece alguien distinto alguien que está debajo de la hostilidad que lo caracteriza.
- Puedes bañarte para la gala y puedo teñirte el cabello- ofrezco con una sonrisa diminuta.
- Tendríamos que ir a mi habitación ahí tengo el tinte, o esperame.
- Iré contigo aún queda tiempo.
No me arrepiento, prácticamente le rompí la cara hace rato lo menos que puedo hacer es animarlo o ayudarlo en algo, lo espero sentada en su cama.
No hay mucho que decir de su habitación, es oscura hay una cama y un escritorio, solo eso, tiene un a guitarra eléctrica en una esquina y un clóset pequeño sin puertas que tiene la ropa toda regada, bueno no soy quien para juzgar al menos no hay basura en el suelo.
Pérdida en mi mente no noto cuando Dabi sale del baño, lleva pantalones anchos, nada más, aunque su torso esta descubierto no es eso lo que me absorbe, su cabello blanco es precioso, es como nieve joder, es malditamente precioso.
- Dabi...
- Cierra la boca que se te cae la baba.
Le muestro el dedo medio de inmediato el me extiende una botella junto con un recipiente y una brocha para teñir cabello.
- No necesitas hacer mucho solo ponerlo.
- Pero- pestañeo mirando su cabello.
Es precioso todo hace armonía, sus ojos turquesa, su cabello blanco, me quedo absorta y el lo nota, suspira y parece pensar en algo detenidamente.
- ¿Te llevabas bien con los héroes? - esa pregunta me toma desprevenida.
- Bueno yo no... No era una heroína así que no, solo conocía a mi padre a su amigo un Rubio griton... También a algunos alumnos de mi padre.
-¿Cuales?- pregunta cómo si no le interesara la respuesta aunque se que le importa solo no se porque.
- Midorya , Todoroki y... No recuerdo su nombre real , el de héroe era Uravity.
Se queda en silencio un rato, todo su cuerpo está muy tenso, yo le sonrió como si nada, tal vez alguno le desagrade así que seré sincera.
- Solo hable con ellos un par de veces, al único que le di mi confianza un poco fue a Deku.
Veo como se calma y entonces se inclina poniendo sus manos a cada lado de mi cuerpo apoyándose en la cama, luego me besa, casi me río pero decido solo acariciarle un poco los hombros mientras me besa.
Es rápido fuerte y demandante , como si hace tan sólo minutos no acabará de coserle la mandíbula.
- Dime Touya- me dice de forma repentina a penas se separa.
- ¿Que? - pestañeo confundida.
Creo que escuche ese nombre pero no se en donde.
- Solo cuando estemos solos y como único favor que voy a pedirte no se lo cuentes a nadie ni lo investigues.
Asenti de inmediato, se apartó y se sentó así que lo vi como una señal para comenzar con el tinte, cuando me levante y prepare todo comencé a separar Sy cabello en secciones comenzando a colocar lo que era una especie de crema en su cabello.
- No entiendo esto.
- No tienes que , luego se secara y será como si nada- habla tranquilo.
