**Stefany**—¿Cómo que no tienes hambre, cariño? Esta mañana no comiste nada, debes estar muriendo de hambre —contestó la abuela mientras terminaba de poner los platos en la mesa.
—Sí, abuela, no tengo hambre. Además, sabes que estoy a dieta, no puedo estar comiendo todo lo que se me antoja. Solo quiero una ensalada verde y un vaso de agua —contesté siguiéndola con la mirada.
—Pero si tú odias la ensalada verde —respondió haciendo una mueca de asco.
—Tu misma lo as dicho ,Lo odiaba pero ya me gusta .
—¿Segura, querida?
—Sí, abue —dije con mi sonrisa más fingida. Ella tenía razón, odiaba la ensalada, pero tengo que hacerlo por mi propio bien—. Oye abuela, ¿te puedo preguntar algo?
—Sí, querida.
—Bueno, necesito un consejo. Verás —tomé una pausa antes de hablar—. Supongamos que estás enamorada de un chico... supongamos que este chico sea el abuelo. Están súper enamorados, pero descubres que te engaño y mintió, pero él te dice que no lo hizo a propósito y que quiere una oportunidad para demostrarte que no fue su intención... Por la forma en la que te habla y te trata, no sabes si es verdad o si te sigue mintiendo, pero tú realmente lo quieres perdonar, aunque no sabes qué hacer...
La abuela se quedó en silencio, procesando todo lo que le había dicho. Luego me miró.
—Cariño, los engaños no son un accidente. Si alguien te engaña, eso estaba planeado, cuando estás muy enamorado de esa persona, el corazón se niega a aceptar que eso está pasando, por más que la mente le advierte hasta que es demasiado tarde. Tú misma lo has dicho, te engañó y te mintió, o sea que es doble traición. A veces nos aferramos tanto a alguien que al final esa persona no es culpable de lastimarnos, sino nosotros mismos por querer obligar a alguien a amarnos.
Me quedé en silencio pensando todo Tal vez la abuela tenga razón pero no que que hacer.
__¿Por qué, cariño? ¿Te está pasando algo así?
Solté un bufido.
—No, abuela, es una amiga que le está pasando algo similar, ella me preguntó. Entonces, no sabía qué responder, así que te pregunté... Ya se lo voy a decir tal como tú me lo has dicho —balbuceé en cada palabra, intentando mantener la calma.
—Bueno, cariño, dile a "tu" amiga que no se aferre a ese chico, que lo deje ir.
—No es tan fácil, abuela. Es que ella lo ama mucho, incluso está dispuesta a perdonarlo...
—¿Dispuesta a perdonar a quién? —entró mi hermano en la cocina. Para mi sorpresa, Keidel entró detrás de él. Mi corazón se aceleró aparté la cara rápidamente para no mirarlo a los ojos —. ¿A quién estás dispuesta a perdonar?
—Ay, cariño, tu hermana tiene una amiga que tiene un novio que la engañó y mintió, pero él dice que no lo hizo a propósito le está pidiendo una oportunidad para demostrarle que es inocente. Imagínate que ella está dispuesta a perdonarlo —comentó la abuela, y yo le eché un vistazo a Keidel, quien tenía una pequeña sonrisa.
—Las chicas son tan ingenuas —dijo Rosel, acercándose a mí para darme un beso en la cabeza—. Incluso tú eres ingenua por enamorarte de un imbécil.
Tragué grueso; la abuela no sabe nada de eso.
—¿De qué Imbécil hablas, querido?
—De que mi querida hermana se enamoró de un chico a escondidas que la engañó, por eso estaba llorando esta mañana —dice mi hermano, acercándose a la nevera para tomar jugo.
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Más Allá Del Espejo
Teen Fiction«Que si me dolió, claro que me dolió.» Me dolieron las palabras que elegí a propósito, cada una afilada y cruel, para que me odiaras, para que no volvieras. Sabía que alejándote, aunque me rompiera en pedazos, era la única manera de protegerte del...