HUELLAS DEL PASADOS, PROMESAS ROTAS

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**Stefany.**

— No pude llegar....Rosel atropelló mi moto.

Mi corazón dio un vuelco...

—¡¿Te hizo algo!?,¡¿Estás bien?!—pregunté con preocupación, apretando el teléfono contra mi oído.

—No te preocupes, estoy bien. Solo fue la moto… Además como quiera tenía que regresar,Es mi abuela… —hizo una pausa antes de continuar—. Está mal,está vez, Creo que es definitivo.

Mi corazón se apretó al escuchar sus palabras.

—¿Qué quieres decir con "definitivo"?.

—No reacciona… y mi hermana está hecha un mar de lágrimas. No sé cómo manejar todo esto, princesita. Sabía que esto iba a pasar, pero… no lo puedo aceptar —su voz se quebró un poco al final, y sentí un nudo formarse en mi garganta.

—Lo siento mucho, Dilan. Realmente lo siento… —susurré, deseando poder hacer algo para aliviar su dolor.

—Gracias, princesita...... no puedo seguir hablando ahora… —su voz sonaba más apagada.

—Está bien, no te preocupes. Estoy aquí si necesitas algo, ¿vale?

— Gracias. Y… lo siento por todo lo que pasó con Rosel......Quiero decirte algo muy importante Pero..… no ahora... Hablamos luego, ¿de acuerdo? —dijo con un tono más suave, antes de que la llamada se cortara.

Me quedé con el teléfono en la mano, mirando al vacío. No pude evitar sentir un peso en el pecho. Sabía que Dilan estaba lidiando con mucho más de lo que decía, y eso me preocupaba.Pero sus palabras resonaron en mi mente, «QUIERO DECIRTE ALGO MUY IMPORTANTE»  ojala no sea lo que estoy pensando, porque no siento ninguna conexion de esta forma *porque todo se tiene que compricar No tenía ganas de ir a clases, pero no podía permitirse reprobar  Suspiré, levantándome con pesadez recojo mis cosas en el suelo, cuando lo vi.

Estaba parado a una distancia prudente, como si estuviera esperando algo. Llevaba un abrigo negra sobre una camiseta blanca, jeans oscuros y botas negras. Su cabello desordenado parecía más un estilo deliberado que un descuido, y su rostro tenía una expresión seria, casi tensa. Se quedó inmóvil, como si sus pies estuvieran anclados al suelo. Empecé a caminar, intentando no prestarle atención, pero era imposible ignorarlo

—Hola —saludó, su voz baja y gruesa.

—Hola —respondí automáticamente, sin detenerme.

—Espera, —dijo con urgencia, y me paré en seco, mi corazón latiendo un poco más rápido. Me giré, y noté que sus ojos se suavizaban un poco tenía una mirada llena de preocupacion,algo que no suele mostrar. Se quitó el abrigo y me lo extendió.

—Cámbiate....la...la camiseta —balbuceo apenas un susurro—. Tienes manchas de sangre.

Miré hacia abajo, notando algunas manchas pequeñas de sangre en la parte de mi pecho en la camiseta blanca que tenía, tomé el abrigo sin ningúna expresión.

—Gracias —murmuré, intentando seguir mi camino.

—Espera.....

Cerré los ojos un momento soltando un suspiro pesado antes de girarme de nuevo hacia él.

—Me preocupo mucho por ti, no me gusto que Rosel ya allá pegado.

Solté un bufido, negando con la cabeza.

—Gracias por preocuparte, pero no hace falta —dije con frialdad—. Si no tienes nada más que decirme, tengo que regresar a clases.

—Por favor, hablemos.

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