Stefany
Esta semana a sido de la mierda, hoy es uno de esos días en los que no te sientes ni feliz ni triste, solo existes. No esperas nada de nadie, y realmente no te importa lo que piensen o hagan los demás. Es como si estuviera en piloto automático, moviéndome por la vida sin mucho propósito o dirección.
Estos días, Keidel ha estado tan distante. Parece que está ocultando algo. Apenas me habla, dura una eternidad para contesta mis llamadas y mensajes. No me sorprendería que de repente terminara conmigo. Ya me pasó antes, y probablemente vuelva a ocurrir. La verdad es que nada me importa ya.
La rutina se ha vuelto una especie de mecanismo automático. Me levanto, hago lo básico y me dirijo a la escuela. Intento no volver a casa demasiado rápido para evitar cruzarme con Rosel. No quiero contarle que sé quién es nuestro padre, y mi relación con mi madre está rota.
Ojalá se fuera, como siempre lo hace, y que pase un tiempo considerable antes de regresar. No creo que su ausencia me afecte mucho. He estado evitando a Dilan desde aquel descubrimiento; aún no puedo asimilar que es mi hermano. Todo esto es demasiado abrumador.
Después de una clase de álgebra que, siendo sincera, no entendí en absoluto y en la que probablemente voy a reprobar, me dirijo a las gradas para despejar mi mente. Pensar tanto me está matando. Quiero distraerme, encontrar algo en lo que ocupar mi mente, porque me da miedo cuando está en silencio y sin propósito.
Mientras me acercaba a las gradas, noté a Rosel y a su grupo a lo lejos, siempre rodeado de chicas y bien vestidos. Mandy ya no está cerca de Rosel; no la he vuelto a ver desde aquel incidente en el aula. No he tenido tiempo para hablar con ella o con la directora sobre mis ideas. Últimamente, no tengo control ni siquiera sobre mi propia vida.
Ignorando a los chicos que se veían felices hablando y sonriendo, y a Keidel en particular, camino rápidamente hacia mi lugar de tranquilidad, buscando un refugio en medio de todo el caos que siento.
A pasos lentos, me siento en mi lugar de siempre, dejando escapar un suspiro pesado. Quiero llorar, pero las lágrimas no salen, siento que estoy atrapado en una prisión emocional.Cierro los ojos, sintiendo un nudo en la garganta. Un recuerdo viene a mi mente.
__No puedo olvidar a luz de luna, an pasado cuatro años y es imposible olvidarlo.___ dijo su vos apagado causando un torrente de dolor en el pecho.__ tu la as olvidado, porque yo no puedo.
Eso es Algo que intento olvidar día y noche. Una cicatriz visible, un recordatorio constante de un pasado doloroso Mi cuerpo se quedó rígido, mis piernas se quedaron clavadas al suelo, como si hubiera sido atrapada en un ancla invisible.
Sentí una opresión en el pecho, como si el aire se escapara de mis pulmones, dejándome sin aliento. Cada palabra que pronunció resonaba en mi mente, reavivando el dolor que había intentado enterrar. El mundo a mi alrededor se desvaneció momentáneamente, y todo lo que pude sentir fue el peso del recuerdo, tan denso y doloroso que me dejaba incapaz de moverme. La angustia me envolvía,las imágenes de aquella vez venían a mi mente, pero sacudía la cabeza con desesperación, intentando expulsarlas de mi pensamiento.
-¡NO! ¡No vuelvas a repetir eso! -dije con rabia en cada palabra, mientras las lágrimas caían sin control-. No lo vuelvas a decir, ¿escuchaste?... ¡Nunca!... Que esa sea la última vez que repites su nombre. No sabes cómo me siento, culpable por todo eso... pensando que pude haber hecho algo para evitarlo. El dolor me come por dentro, es como si todo hubiera sido ayer... por favor, no lo vuelvas a repetir -mi voz se quebraba aún más, y la angustia en mis palabras era imposible de ocultar.
Abro los ojos sintiendo que mi corazón late rápidamente; no quiero recordar esos momentos con tanta claridad, pero parece que están grabados a fuego en mi memoria.
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Más Allá Del Espejo
Teen Fiction«Que si me dolió, claro que me dolió.» Me dolieron las palabras que elegí a propósito, cada una afilada y cruel, para que me odiaras, para que no volvieras. Sabía que alejándote, aunque me rompiera en pedazos, era la única manera de protegerte del...