A little bit longer.

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Beomgyu subió las escaleras casi sin aliento, con el corazón golpeando con fuerza en su pecho. La imagen de Soobin, con las manos cubriendo sus oídos, quebrado y vulnerable, no dejaba de recorrer su mente. El miedo lo impulsaba, pero también algo más profundo, una necesidad de estar allí para él, de ser el apoyo que Soobin tanto necesitaba.

Cuando llegó frente a la puerta, apenas dudó un segundo antes de abrirla de golpe. La luz tenue de la habitación apenas alcanzaba a iluminar la figura de Soobin, encorvado en la cama, con los hombros tensos y el rostro escondido entre las rodillas. Sus manos aún cubrían sus oídos, como si intentara escapar de un ruido que solo él podía escuchar.

Beomgyu se acercó sin pensarlo dos veces, su preocupación arrasando cualquier rastro de duda. Se dejó caer de rodillas frente a él, y con cuidado, apartó las manos de Soobin de sus oídos, reemplazándolas con las suyas. Soobin alzó la mirada, sus ojos brillando con una mezcla de miedo y confusión, pero no dijo nada. Simplemente se dejó llevar por el gesto.

No sabía qué hacer para aliviar el dolor de Soobin, pero su madre siempre le había dicho que, a veces, el silencio no era la solución, y en momentos como ese, las palabras no bastaban. Desesperado por consolarlo, su mente viajó a esos días de tormenta cuando la lluvia golpeaba con fuerza las ventanas y él, siendo un niño, corría a refugiarse en los brazos de su madre. Ella le cantaba una canción que, por alguna razón, siempre lo calmaba.

Acariciando el cabello de Soobin con suavidad, comenzó a tararear la melodía antes de que su voz, suave pero firme, comenzara a entonar las palabras de aquella vieja canción.

-Un poco más, solo un poco más,
sabes que es difícil, lo sé.*

Soobin se estremeció, pero no por el dolor, sino por algo diferente. La voz de Beomgyu, cálida y cercana, lo envolvía con una delicadeza inesperada. La familiaridad de la melodía, aunque nueva para él, parecía contener una especie de promesa, como si el simple acto de escuchar pudiera arrastrarlo de vuelta a la calma.

- Un día serás fuerte, no necesitas correr, solo espera, y verás que todo pasará.

Soobin respiraba de manera irregular, pero la presión en su pecho comenzaba a aflojarse. A medida que Beomgyu seguía cantando, la tensión en sus músculos se desvanecía, y aunque todavía temblaba, empezó a dejarse llevar por el ritmo pausado de la voz de su amigo.

Había algo en la forma en que Beomgyu lo sostenía, en cómo lo abrigaba con su cuerpo, que lo hacía sentir más seguro, menos solo. El calor de sus manos sobre sus oídos lo protegía del caos exterior, y la canción... era como una suave brisa que acariciaba su alma.

-Espera un poco más, un poco más,
todo esto pasará.

Soobin, sin apenas darse cuenta, apoyó su cabeza en el hombro de Beomgyu. El cansancio lo superaba, pero más que eso, el gesto le ofrecía una sensación de alivio que no había sentido en tanto tiempo. El aroma limpio de Beomgyu lo envolvía, una mezcla ligera y refrescante que lo hacía sentir como si estuviera a salvo en ese pequeño rincón del mundo.

Beomgyu lo sostuvo sin decir una palabra, simplemente dejando que la canción hablara por él. Y en ese momento, más que nunca, entendió que Soobin lo necesitaba tanto como él lo necesitaba a él. Había algo más profundo que los unía, una conexión que iba más allá de las palabras y los gestos. Era la comprensión silenciosa de dos almas que, aunque quebradas, encontraban en el otro un refugio.

Los latidos de sus corazones se sincronizaban lentamente. El temblor en el cuerpo de Soobin disminuyó, y Beomgyu, que había estado cantando con tanta determinación, dejó que su voz se desvaneciera en un murmullo. El silencio se instaló entre ellos, pero ya no era incómodo ni amenazante. Era un silencio lleno de significado, de comprensión mutua.

"Dear name" 《SOOGYUN》 |Soobin×Beomgyu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora