El amor y la sombra del olvido

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En el cielo inmenso de luz infinita,
dos almas se encuentran, su amor palpita.
Azrael, herido por sombras y olvido,
en los brazos de Joel encontró su nido.

Con sus alas doradas, Joel lo abrazó,
y el frío en su pecho por fin se apagó.
Susurros de estrellas, caricias del viento,
despertaron en ellos un amor eterno.

Azrael buscaba entre cielos y mares,
la paz que en su alma dejara depares.
Y en los ojos de Joel, como un suave destello,
encontró el amor que borraba su duelo.

Dios, en su trono, con sabiduría,
miró este amor y lo bendecía.
"No hay error en su unión, sólo verdad,
su amor es puro, su luz, inmortalidad."

Así, bajo el cielo de estrellas brillantes,
Azrael y Joel, dos corazones vibrantes,
comparten un lazo más fuerte que el tiempo,
un amor sagrado que fluye en el viento.

Sus alas se rozan, su luz se entrelaza,
y el cielo los cubre con su eterna casa.
Amor bendecido, amor sin final,
Azrael y Joel, un destino celestial.




El cielo nunca es el mismo después de una pérdida, incluso para los arcángeles. Aunque Azrael había olvidado su amor por Leroy, había algo en él que parecía incompleto, como una melodía a la que le faltaba su nota final. Desde que Dios había borrado sus recuerdos, Azrael volvía a cumplir su tarea con la misma precisión que siempre lo había caracterizado, pero en el fondo de su ser, sentía una inquietud, un vacío que no podía explicar.

Era en uno de esos días eternos en que Azrael vagaba por los confines del cielo, buscando en las almas de los mortales lo que no podía encontrar en sí mismo, cuando conoció a Joel. A diferencia de Leroy, cuyas alas resplandecían con la fuerza de la batalla, Joel era un arcángel de serenidad y luz suave. Sus alas eran de un tono dorado, irradiando una calidez reconfortante, y su voz tenía el eco de una brisa en primavera, calmando todo a su alrededor.

Joel era el ángel de la encargado de la seguridad del cielo, encargado de consolar las almas antes de su partida definitiva. Él y Azrael a menudo cruzaban caminos en sus deberes, pero nunca antes habían hablado de algo más que su trabajo. Esta vez, sin embargo, algo fue diferente. Mientras ambos guiaban a una anciana alma hacia su destino, Joel notó la sombra en los ojos de Azrael.

-Parece que cargas con más que el peso de las almas -dijo Joel en su tono siempre tranquilo.

Azrael, sorprendido por la perspicacia de Joel, lo miró con curiosidad. Nunca antes había considerado que otro ángel pudiera ver más allá de su exterior sereno y profesional.

-No es nada -respondió Azrael, aunque incluso él sabía que esas palabras no eran del todo sinceras.

Pero Joel no insistió, solo sonrió de una manera que parecía atravesar todas las barreras que Azrael había construido alrededor de su corazón. Durante los días que siguieron, los caminos de los dos arcángeles comenzaron a cruzarse con más frecuencia. Joel era paciente, gentil, y cada vez que Azrael lo veía, sentía un alivio inexplicable. Algo en su presencia calmaba la tormenta interna que ni siquiera él sabía que estaba ahí.

A medida que el tiempo pasaba, Azrael se encontraba buscando la compañía de Joel. Comenzaron a pasar más momentos juntos, en silencio o en conversaciones que parecían durar eones. Joel le hablaba de la belleza del consuelo, de cómo su deber no era solo llevarse almas, sino también llenarlas de paz antes de que cruzaran el velo final. Y mientras lo escuchaba, Azrael sintió que algo en su corazón comenzaba a cambiar.

ฺ݊◷໋͓֡🎟️᭄𝒟𝚎𝚜𝚙𝚞𝚎́𝚜 𝚍𝚎 𝚝𝚒🎻ཻུ𖢻ֹֺ໋᳝·݊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora