Era un cálido día y la casa de los Todoroki estaba llena de risas y alegría. Shoto había decidido pasar las vacaciones con su familia, y la atmósfera era más que acogedora. Fuyumi había organizado un pequeño picnic en el jardín, mientras que Natsuo y Touya estaban listos para jugar una partida de Uno.
—¡Vamos! ¡Ya es hora de ver quién es el verdadero maestro del Uno! —exclamó Natsuo, mientras sacaba las cartas de la caja.
—No te emociones tanto, tú siempre pierdes —bromeó Touya, con una sonrisa burlona.
Fuyumi se unió a ellos, riendo. —Si Natsuo pierde, será un buen recordatorio de que no siempre se puede ganar. —Miró a su hermano menor—. Shoto, ven a jugar con nosotros.
Shoto se acercó, curioso. —¿Qué? ¿Están jugando Uno? ¡Yo quiero jugar!
Los cuatro hermanos se acomodaron en una manta extendida sobre el césped, dispuestos a disfrutar de una tarde de competencia amistosa. La primera ronda comenzó, y las risas llenaban el aire mientras los hermanos intercambiaban cartas y estrategias.
—¡Toma eso, Touya! —gritó Natsuo, haciendo que su hermano mayor robara cuatro cartas.
—No puedo creer que seas tan malo en esto, hermano —respondió Touya, riéndose y sacando más cartas de la pila.
Fuyumi observaba con cariño cómo sus hermanos se divertían, sintiéndose feliz de verlos disfrutar de la compañía. Shoto, en particular, estaba emocionado. El juego estaba lleno de tensión y risas, y él se sentía parte de un momento especial.
—¿Alguien va a preguntarle a Tomura si quiere jugar o lo vamos a dejar ahí parado? —preguntó Fuyumi, notando que Tomura estaba apoyado en el marco de la puerta que daba al jardín.
—Nah, él prefiere observar. —Touya encogió los hombros, sin preocuparse.
Sin embargo, Shoto sintió curiosidad y decidió llamarlo. —¿Tomura, quieres unirte?
—Nah, solo estoy disfrutando del espectáculo. —Tomura respondió con una media sonrisa. —Aunque parece que están perdiendo el tiempo.
—¡Tú no sabes lo divertido que es! —protestó Natsuo. —Ven a jugar una ronda, no seas aguafiestas.
Tomura se acercó con una expresión de diversión. —Está bien, pero no me responsabilizo de perder.
La risa continuó mientras jugaban, y el ambiente era cálido y alegre. La competencia se intensificó cuando la segunda ronda comenzó. Shoto se concentró, sabiendo que tenía que estar atento para no dejarse ganar.
—¡Uno! —gritó Fuyumi, mientras se preparaba para jugar su última carta.
—No tan rápido, hermana. —Touya, con una sonrisa maliciosa, sacó un comodín. —Yo cambio el color.
Natsuo hizo una mueca. —Eso no es justo, ¡Yo ya tenía una estrategia para ganar!
—La vida nunca es justa , Natsuo —bromeó Touya, disfrutando de la confusión.
—¡Eso es un truco sucio! —protestó Shoto, riendo mientras observaba la competencia. Pero al final, Fuyumi ganó la ronda, levantando sus cartas con orgullo.
—¡Soy la reina del Uno! —anunció, saltando de alegría.
—Te has vuelto muy competitiva, Fuyumi. —Natsuo se rió, mientras comenzaban una nueva ronda. —Yo podría hacerlo, pero solo si prometes no cambiar las reglas otra vez —replicó Natsuo.
—Prometo no cambiar las reglas si tú prometes no perder tan rápido —respondió Touya con una sonrisa burlona.
La conversación fluyó naturalmente entre ellos, y cada uno compartía anécdotas de sus vidas. Shoto escuchaba atentamente, disfrutando del calor familiar. Después de algunas rondas más y muchas risas, decidieron hacer una pausa.
—¡Vamos a comer! —anunció Fuyumi, dirigiéndose hacia la mesa del picnic que había preparado con esmero.
Shoto se levantó, sintiéndose un poco cansado pero feliz. La comida estaba servida: sándwiches, ensaladas y una variedad de frutas frescas. El aroma de los platos llenaba el aire, y todos se sentaron alrededor de la manta, disfrutando de la comida mientras continuaban charlando.
—¿Qué hay de ti, Touya? ¿Cómo va tu nuevo trabajo? —preguntó Fuyumi, mientras se servía un poco más de ensalada.
Touya sonrió. —Es interesante, en realidad. Estoy ayudando en una nueva empresa que está creciendo. Tomura y otro amigo mío me están dando una mano. Aprendo mucho sobre cómo manejar un negocio.
—Eso suena genial. Me alegra que estés disfrutando. —Natsuo asintió, mostrando su apoyo.
—Sí, y como somos un equipo pequeño, todos hacemos un poco de todo. A veces es un caos, pero me encanta. —Touya se encogió de hombros, con una sonrisa de satisfacción.
Fuyumi sonrió, contenta de ver a su hermano mayor tan entusiasmado. —Me alegra que estés en un lugar donde te sientes útil.
Mientras continuaban comiendo, Shoto no pudo evitar sentir que su relación con sus hermanos era cada vez más fuerte. Después de todo lo que habían pasado juntos, momentos como estos le recordaban lo importante que era la familia.
—Oye, Shoto, ¿y tú qué tal? —preguntó Natsuo, sacándolo de sus pensamientos. —¿Cómo van tus estudios para ser héroe?
—Voy bien, creo. A veces es complicado, pero estoy aprendiendo mucho. —Shoto sonrió, sintiendo el apoyo de sus hermanos.
—Eres un Todoroki, lo harás genial. —Touya le dio una palmadita en la espalda, mientras Natsuo y Fuyumi asentían con complicidad.
Shoto miró a Tomura, que observaba con una sonrisa. —¿Y tú? ¿Qué has estado haciendo?
—Sólo ayudando a Touya en su nuevo trabajo y asegurándome de que no se meta en problemas. —Tomura sonrió, una chispa de humor en sus ojos.
—Puedo manejarme solo, gracias. —Touya se rió, pero había una nota de aprecio en su voz.
Después de disfrutar de la comida y las risas, decidieron volver a jugar. Mientras se acomodaban de nuevo en el césped, Shoto se sintió afortunado de tener momentos como este. Aunque había cosas que deseaba compartir, como sus propios sentimientos y pensamientos, decidió disfrutar del momento y de la compañía de sus hermanos.
La tarde continuó llena de risas y competencia amistosa, y aunque las cartas volaban de un lado a otro, Shoto sintió que lo que realmente importaba eran esos momentos sencillos, rodeado de su familia, disfrutando de su compañía.
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Intruso
Fanfiction-¡¿Tienes novio?! . . . . . . . . . . . . . . . . . Si ya se, muy original de mi parte. Mención del Dabishiga y Endehawks. Si no te gusta no leas