Epílogo

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El sol de la tarde iluminaba la sala principal de la casa de los Todoroki. Aunque los años habían pasado, la familia seguía reuniéndose ahí, pero hoy todos tenían la sensación de que esta ocasión era especial. Shoto y Katsuki estaban parados al centro, con sonrisas nerviosas pero decididas, mirándose mutuamente como buscando fuerza antes de dar la noticia.

Shoto respiró profundo, entrelazando sus dedos con los de Katsuki, y finalmente dijo:

—Nos vamos a casar.

Hubo un instante de silencio, una pausa en la que todos parecieron absorber la noticia al mismo tiempo, y luego estallaron en expresiones de sorpresa y emoción. Fuyumi y Rei se acercaron de inmediato, abrazando a Shoto y a Katsuki con lágrimas de felicidad. Keigo lanzó un silbido bajo mientras daba una palmada en la espalda de Enji, quien observaba con orgullo a su hijo menor, mientras Tensei sonreía con un genuino aprecio en la mirada.

Natsuo, en cambio, simplemente se cruzó de brazos y soltó una carcajada ligera, mirando a Katsuki. —¡Al fin! Pensé que no tendrías el valor de hacer algo así.

—Pues cómo ves que si lo hice, nos casaremos muy pronto y seremos oficialmente familia—replicó Katsuki, lanzando una mirada desafiante y juguetona hacia Natsuo. Se notaba que, aunque discutían, había una camaradería genuina entre ellos.

Touya, quien estaba a un lado junto a Tomura, no pudo resistirse y dejó escapar una risa burlona. —¿Y tú de verdad te crees digno de nuestro querido Shoto? Porque... —adoptó una pose dramática y señaló a Katsuki— he sido su protector toda su vida.

—Ya madura, Touya —replicó Katsuki, rodando los ojos, aunque sin perder la sonrisa. Sabía que Touya se estaba divirtiendo y decidió jugarle el juego—. Yo ya tengo su aprobación desde hace años.

Tomura se unió a la broma, dándole un empujón a Touya con una sonrisa socarrona. —Déjalo, cariño, si no has conseguido ahuyentar a Bakugo en todo este tiempo, creo que es momento de rendirse.

Touya puso los ojos en blanco, pero lo abrazó de inmediato. —No estoy dispuesto a rendirme tan fácil, no mientras siga encontrando razones para molestar a este explosivo... —le lanzó una mirada de complicidad a Katsuki— cuñado, supongo.

Mientras todos reían y disfrutaban del momento, Fuyumi no podía dejar de mirar con ternura a su hermano menor. —Siempre quise verte tan feliz, Shoto —dijo, abrazándolo—. Estoy tan orgullosa de ti.

Katsuki se puso un poco nervioso bajo la mirada de Rei, quien lo observaba con una mezcla de orgullo y gratitud. La señora Todoroki finalmente se acercó, posando una mano suave en su hombro. —Confío en que siempre cuidarás de él, Katsuki.

—Lo haré —respondió él, sin dudarlo, encontrando la mirada de Shoto y devolviéndole una sonrisa que revelaba la fuerza de su promesa.

Keigo aprovechó la emoción del momento para bromear también con Enji, quien miraba a su hijo con una mezcla de orgullo y nostalgia. —¿Estás listo para ser suegro oficialmente? —dijo Keigo, dándole un codazo.

—¿Tengo opción? —respondió Enji, aunque luego sonrió y asintió, dirigiéndose hacia Shoto y Katsuki. Con una seriedad amable, extendió su mano hacia el joven Bakugo. Katsuki se quedó mirando la mano de Enji, sorprendido por la muestra de aceptación, pero pronto la tomó con firmeza.

—Bienvenido a la familia —dijo Enji, y aunque su tono era grave, había un brillo sincero en sus ojos.

La novia de Natsuo, que había estado observando en silencio, finalmente se acercó también y sonrió. —Parece que todos aquí han estado esperando este momento.

Shoto le sonrió con gratitud, mientras la emoción de su próxima boda seguía invadiendo la sala. Todos reían y charlaban, y aunque Touya no dejaba de lanzar algún que otro comentario burlón hacia Katsuki, lo hacía con una sonrisa que delataba un afecto genuino, una aceptación que, aunque tardía, finalmente había llegado.

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