Jacob.
Viernes, 26 de Abril de 2019.
Me había terminado de poner mi suéter negro con la capucha cuando me dirigí hacia la puerta de nuestra habitación y estuve a punto de irme. Porque ya sabía lo que tenía que hacer ahora, y no podía seguir perdiendo el tiempo. Durante éstos días aparentemente había logrado despistar a la policía de nosotros, y gracias a que Zoe estuvo navegando demasiado a fondo en Twitter, ya habíamos encontrado el paradero de la persona que nos diría la ubicación del resto de la banda... Encontramos a Chantelle, y justo ahora iba a visitarla, puesto que la muy estúpida había hecho varios Twits de la calle donde vivía, y hasta mencionado el nombre de su edificio.
Vaya estúpida.
Así que ya había llegado el momento de arreglar cuentas con la hija del hombre que destruyó a mi familia.
Pero eso lo haría solamente yo, así que no le dije nada a mis hermanas o para dónde iría y caminé hacia la entrada una vez que tomé las llaves de la camioneta. Magy apenas se inmutó de que iba a salir, ya que estaba distraída sentada sobre su cama, enseñándole a multiplicar a la pequeña Greta; quien ahora estaba en las noticias y en las portadas de todos los malditos periódicos. Ya que desde que la tenemos en nuestras manos ella no ha dejado de ser buscada por la policía. Por eso habíamos tomado la decisión de cortarle el pelo y empezar a vestirle como un niño, así no llamaríamos la atención y no seríamos atrapados por la maldita policía.
Sin embargo, cada que salíamos con Greta a la calle podía sentir cómo mis malditos nervios florecían, ese miedo de que fuésemos atrapados y que me separasen de mis hermanas. Por eso no quería que ellas siguieran involucrándose en ésto, y sabía perfectamente que Magy había estado apoyando un poco la idea de Zoe de abandonarlo todo..., y que muy dentro de ella quería dejar ésta caza de brujas.
Nuestra venganza.
Pero yo no quería dejarlo todo atrás como sí nada, hasta saber que todos esos bastardos que tanto nos hicieron sufrir esa noche y que destruyeron a mi familia... Estén muertos. Tan muertos como dejaron a nuestros padres, y yo mismo me encargaría de asesinarlos a todos y hacerles pasar por todo ese maldito sufrimiento que nos hicieron pasar.
Yo mismo los destruiría.
Por eso cuando estuve a punto de abrir la puerta y salir hacia el pasillo del hotel, tranquilamente. Me sorprendí un poco cuando Magy, mientras que seguía haciendo de maestra para Greta, me preguntó de repente:
- ¿A dónde vas, Jacob?- su pregunta había sonado con mucho desinterés, puesto que estaba bastante concentrada en enseñarle a Greta a multiplicar, así que por eso no dudé en mentirle con facilidad:
- Iré a una panadería a comprar unos dulces, ¿No quieres comer algo rico para ésta noche?
- ¡Sí, quiero chocolate!- escuché que Greta interfirió con un tono de voz alegre, y ciertamente energético, puesto que desde que la habíamos mantenido bajo nuestro cuidado había cambiado mucho. Con el pasar de los días nos fue tomando un poco más de confianza, y ahora hablaba casi siempre con Magy y jugaba a las muñecas con Zoe.
- Está bien, compraré tu chocolate- acepté, riéndome. Y entonces giré la perilla para salir al instante antes de que Magy volviese a interferir, y se diese cuenta de que estaba un poco extraño.
Porque ella era mi hermana, y me conocía perfectamente.
Tan perfectamente como Zoe, quien no me esperé que interfiriese en el momento justo que abrí la puerta con discreción, puesto que de pronto se puso en medio de la puerta y me miró fijamente con ojos de preocupación. Observándome con sus ojos cafés, tan preciosos como los de madre.
ESTÁS LEYENDO
Cómo cometer un Asesinato ®
RomanceHarry Olsen tiene veintidós años, y es el hombre más joven en unirse al cuerpo policial de la ciudad. Pero en sus primeros días no le fue muy bien, pues adaptarse a sus compañeros de trabajo y a las cosas que se veían ahí no eran muy fáciles para él...