Harry.
Acababa de meterme toda la camisa por dentro de los pantalones, y me había quitado el sudor de la cara con el agua del lavamanos del pequeño e impecable baño que tenía el Jet, acompañado de mi compañero de trabajo... Con el cual había follado sin remordimiento alguno.
Oh... Joder.
- Primero saldré yo, y tú lo harás al rato- le hablé enseguida que me terminé de acomodar la ropa, y me volví hacia ese hombre barbudo y de músculos bastante marcados.
Mierda, era como un maldito Dios griego.
Él estaba apoyando su espalda contra la puerta del baño, y me estaba mirando fijamente con aquellos cautivadores ojos azules que apenas me dí cuenta que tenía. Su mirada de hombre mayor era tan sexy que podría hacerte gemir sin tocarte. ¡Douglas debería ser ilegal! Joder, eran como una especie de sexy imán para mí, y sus gruesas cejas hacían parecer su rostro todavía más atractivo.
Ese hombre era guapísimo.
Y follaba divino.
¡Joder! ¿Qué había dicho?
- ¿Tan rápido me abandonas, muñeco?- contestó él con un tono igual de bajo que el mío, con los brazos cruzados en el pecho y esa jodida mirada que me encantaba tanto. De pie frente a mí, luciendo perfectamente ese elegante esmoquin negro que tenía y que le hacía ver aún mejor.
- Tenemos que trabajar, Douglas- le respondí, soltando una risita una vez que él me acercó a su cuerpo para estrecharme contra él y atraparme con sus fuertes y gruesos brazos. Y en ese momento me dí cuenta de que era un hombre realmente alto, y de que aparentemente había quedado con ganas de más, puesto que llevó una de sus manos hacia mi trasero y me lo apretó, murmurandome al oído con un maldito tono tan ronco-: ¿Cuándo volverás a dármelo?
Me estremecí sobre su cuerpo, pero aún así mantuve la compostura que tenía que mantener ahora, y me aparté de su pecho, colocando mis manos sobre él para hacer espacio. Pero aún así habíamos quedado demasiado juntos, y Douglas no dejaba de aprisionarme con sus dos enormes manos, rodeando mi cintura.
- Douglas, tenemos que salir antes de que se den cuenta de que no estamos- espeté, tratando de controlar mi respiración al tenerlo tan cerca de mí-. Debemos de ser profesionales.
- ¿Entonces no fue profesional que follases conmigo?- él elevó ambas cejas, y me miró seriamente.
- No fue profesional que lo hiciéramos mientras que trabajamos- le dije con un tono bajo de sinceridad, y éste me soltó de las caderas y nos quedamos mirando fijamente en ese momento en silencio-. Pero- dije, y sus ojos volvieron a brillar directo sobre los míos-. Eso no quita el hecho de que podremos repetir ésto en otra ocasión- admití, y le guiñé el ojo, y tomé la manecilla de la puerta para salir. Pero antes de hacerlo, él me acorraló contra la puerta del baño y me miró fijamente con esos hipnotizantes ojos azules que tenía, diciéndome:
- ¿Y no te despides como deberías?
- ¿Cómo debería...?- musité, sintiendo como nuestras respiraciones aceleradas se volvían a entremezclar.
Entonces, el hombre más sexy de la policía de Evotica se acercó a mi rostro, y me dio un profundo beso que no había resultado para nada sexual. Y que me dejó corto. Uno que nos unió de una forma diferente en ese momento, y que nos hizo quedar así durante un rato. Hasta que Douglas se apartó de mis labios, y yo me quedé completamente sonrojado contra la puerta, susurrando:
- ¿Por qué me besaste...?
- Porque voy a extrañar esa boquita que tienes durante todo el viaje a Suicylum- me respondió con una sonrisa, y yo no hice más que desviar la mirada con timidez y salir enseguida del baño del Jet, tropezándome torpemente sobre mis pies al hacerlo. Pero comportándome con naturalidad al salir y ver que todos seguían muy concentrados del otro lado, así que por eso caminé rápidamente por el pasillo, ajustándome la corbata. Y me senté de nuevo junto a Erika, quien sonrió enormemente al verme de nuevo en el asiento a su lado, susurrando sin despegar la mirada de unos papales que tenía:
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Cómo cometer un Asesinato ®
RomanceHarry Olsen tiene veintidós años, y es el hombre más joven en unirse al cuerpo policial de la ciudad. Pero en sus primeros días no le fue muy bien, pues adaptarse a sus compañeros de trabajo y a las cosas que se veían ahí no eran muy fáciles para él...