Capítulo 28: Solucionando indiferencias.

10 0 0
                                    

Harry.

Viernes, 26 de Abril de 2019.

Pasado.


No sabía qué expresión tenía cuando vi que Douglas era el hombre que se tambaleaba torpemente por lo borrachera y, que había subido al escenario principal que estaba en el fondo, para ser desnudado frente al resto del publico que clamaban más desnudos. Con la ayuda de los bailarines exóticos, quienes no dudaron en quitarle la chaqueta negra de su traje de un tirón, como sí fuesen gatos hambrientos. Para continuar rasgando el resto de su ropa con facilidad.

Me había quedado pasmado de la incredulidad al rededor de todos esos hombres que comenzaron a saltar gritando de euforia, y seguramente mi expresión al ver aquello había sido épica.

Pero cuando vi que esos bailarines exóticos que estaban contoneándose tan eróticamente ésta vez al ritmo de «Work Bitch» de Britney Spears, comenzaron a desabotonarle los botones de la camisa blanca que Douglas cargaba. Supe que debía interferir antes de que todos éstos desconocidos lo mirasen en pelotas, y por eso me adentré en el gentío de hombres eufóricos que no dejaban de gritar de cierta manera urgida:

- ¡DESNUDENLO! ¡DESNUDENLO! ¡DESNUDENLO!

Me sentí una especie de madre desesperada entrando en esa marea de hombres, que me restregaban sus cuerpos sudados y se me pegaban encima debido iba caminando hacia la tarima. Y aunque, estuve a punto de retroceder y largarme al sentir que invadían mi espacio personal. Apreté la mandíbula, y cuando me dí cuenta de que le estaban quitando la camisa a Douglas, y que éste no hacía más que sonreír estúpidamente (porque estaba más que claro que estaba borracho), aparté como pude a todas esas personas de mi camino y comencé a pasar con desesperación en el momento en que vi a uno de esos bailarines ponerse de rodillas como toda una prostituta para bajarle los pantalones a Delfín.

Joder.

Y como si mi vida dependiera de ello corrí desesperadamente, empujando a todos, y adentrándome así al escenario, donde no dudé en subir por las escaleras y apartar la mano de ese bailarín de los pantalones de Douglas de un manotazo. Entonces el color en mi cara se fue cuando mire hacia el frente y me dí cuenta de que era el centro de atención. Todos esos hombres comenzaron a mirarme de mala manera, y algunos me abucheaban. Tirándome sus prendas. Mientras que los dos bailarines se cruzaban de brazos, y observaban con disgusto como yo me pasaba uno de los brazos de Douglas por los hombros y comenzaba a caminar con éste, quien se me quedó mirando fijamente de una manera tonta.

- Dios mío, estás demente- le hablé cerca del oído, y comencé a caminar con él hacia las escaleras una vez que recogí sus prendas del suelo. Mientras que escuchaba que uno de los bailarines detrás de mí me gritaba:

- ¡Cuida mejor a tu novio! ¡Porque a la próxima nos lo comeremos, estúpida!

Entonces yo me volví sobre mi hombro y levantando la mano les enseñé el dedo del medio antes de seguir caminando con Douglas por el gentío, quienes no hacían más que mirarme feo por haber interferido en el espectáculo que estaban a punto de hacer con mi compañero de trabajo.

Joder.

- ¿Por qué no me dejaste ahí arriba con esos bombones?- escuché que el barbudo me habló con torpeza, mientras que dejaba que yo lo guiara afuera de todo ese descontrolado bar-. No te pedí ayuda, quería ésto. ¡Lo quería!

- ¿Qué diablos te dieron aquí?- farfullé, mirando como sus pupilas estaban un poco dilatadas y su fornido pecho desnudo estaba agitado-. Sorprendentemente, ya estás borracho, Douglas.

- ¿Y eso qué importa? ¡Quiero emborracharme hasta que olvide todo lo malo! ¡Y hasta olvidar que me despidieron, y que ya no tendré que soportar los gritos de Emily Keating!

Cómo cometer un Asesinato ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora