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La laptop de mi hermanito estaba apoyada sobre mis rodillas mientras estaba recostado en mi cama.

Leía que las rutinas claras y predecibles pueden ser beneficiosas para las personas con autismo. Entre otras cosas más.

Aquella mañana junto a Harika fue mucho más entretenida de lo que esperaba. Incluso hasta me nació el sentimiento de querer ayudarla a crecer y ser mejor.

—Es esencial ser paciente y comprensible.

Repetía en voz alta los puntos más cruciales e intentaba memorizarlos todos.

Mi hermanito, quien estaba en el sofá de aquel cuarto, le llamó la atención mis intentos de memorización. Lo noté por la forma en la que abandonó su teléfono para mirarme.

—¿Por qué te interesa tanto estudiar estas cosas de repente? —camina hacia mi—. ¿No es mucho trabajo?

Suspiré y cerré la laptop por un momento, mirando a mi pequeño hermano.

—¿Te quedaste sin internet y por eso te acordaste de que tienes un hermano?

—Jaja..—risa sarcástica— Que simpático. ¿Oye y porque el suéter? Me estoy muriendo de calor aquí.

Blanqueo los ojos, sabía a que iba con esa pregunta.

—Que no voy a usar camiseta.

—¡Vamos! ¡Tengamos pijamas a juego!

—No y es definitivo. No usaré esas "musculosas" o como se llamen.

—Bueno, ¡Entonces responde mi anterior pregunta!

—Vale, lo hare.—retomo el hilo de la conversación —Podría hacerlo Lu, pero no me parece justo para ella. Harika es una chica dulce, bondadosa y pequeña. No puedo evitar querer cuidar de ella y verla crecer. Como una flor.

—¿Una flor? —confuso.

—¿Recuerdas el paraguas que me dio? El rosa.

—Si. Pero pensé que habías dicho que lo compraste en la tienda. —entrecerró los ojos, confundido.

—Si, mentí. Realmente me lo dio ella. Solo que estaba muy avergonzado ese día para decirlo.

—Oh... —abre una bolsa de papas y comienza a comer— Interesante.

—Fue un pequeño gesto, pero significó mucho para mí. Y quiero devolverlo de alguna forma. —explique.

—Pero si solo fue un paraguas...

—Shh.. —coloco mi mano en su boca— Para ti lo es. Pero para mí no. Fue el gesto más amable que he recibido en toda mi vida.

Me sentí tan emotivo que incluso mi corazón revoloteaba en mi pecho.

—¿No será que te atrae para estar haciendo todo esto? —preguntó, arqueando una ceja.

Negué con la cabeza, ¿Yo, atraído por alguien que apenas conozco? Imposible.

—No, no es eso. Harika es solo una chica que necesita alguien que la entienda y la apoye.

—Apuesto que en menos de 3 semanas no pensaras lo mismo. —devora otro snack.

—Solo tiene un año menos que yo, pero se comporta como una niña pequeña. —suspiro angustiado— Y su tía también la trata así. Es asfixiante, incluso para mí.

—¿Y no crees que eso es demasiado para ti? O sea, podrías seguir las instrucciones y ya. Menos complicaciones. Además... —sigue comiendo— ñam ñam..Dinero fácil.

Sus palabras me llegan. Le quitó la bolsa de las manos para comer un poco yo también.

—¡Mis papas...! —chilla.

—Lo sé, y créeme que lo pensé —respondí, reflexivo mientras comía el snack—. Pero vi cómo ella se frustra, cómo lucha con cosas que para nosotros son simples.

—Como a mi me frustra que me hayas quitado mis papas. —se cruza de brazos.

—Si puedo hacer algo para ayudarla a sentirse más libre, más capaz, entonces vale la pena.

—Tienes un serio complejo del salvador.

—No quiero ser solo un empleado que sigue órdenes. Quiero marcar una diferencia, aunque sea pequeña. —acerco el puño contra mi pecho, inspirado.

—Y ahora quiere ser un héroe...—blanquea los ojos— Te van a despedir.

—Así que. ¡Si! ¡Lo haré! —lo miro con determinación— ¡Me esforzaré cada día para ser el mejor amigo que pueda tener!

—Si tu lo dices... —estira la mano, recuperando su bolsa.

Me giro hacia mi hermano y lo abrazo.

—¡Gracias por escucharme! Siempre das buenos consejos.

—Pero si yo no dije nada...

—Bueno, si me disculpas. Seguiré estudiando.

Abro mi laptop. Más motivado que antes. Retomando desde el mismo punto donde me quedé.

—Ay... Hermano. —sacude la cabeza con diversión— Me retracto le doy..1 semana.

Ⲋⲟⲙⲃⲅⲁ⳽ ⳕⲛ𝖽ⲉⳏⲉⲛ𝖽ⳕⲉⲛⲧⲉ⳽ [VOL.1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora