Capítulo XXI

24 3 0
                                        

Capítulo XXI

Cuarto paso - Punto c (Primera Parte)

c) Su orgullo es un poco más fuerte de lo planeado, pero si de verdad te ama, lo lograrás. Te dijo que no, tú le darás un ultimátum. Eres tú o su orgullo. Le vas a dar una semana, pero tienes que transmitir por tus ojos que estás hablando enserio, que ya no habrá marcha atrás. Como dijimos antes, si hiciste bien los pasos anteriores, no tendrás problema. Llega lo más triste, tienes que irte y esperar. Si en el transcurso de la semana dice que sí. FELICIDADES. Sino, ve al siguiente punto.

El sonido de esas tres simples sílabas, de una pequeña frase de dos palabras, seguía resonando en la mente de Eren, sus enormes ojos abiertos de par en par al ver el rostro serio y un poco herido de su pareja, de aquel que había profesado su amor por él.

El corazón del muchachito retumbaba en su pecho a una velocidad desmesurada, y se escuchaba en alto en sus oídos, la piel de esas manos aún acariciando su rostro, se sentían tan calientes y reconfortantes.

La temblorosa mano del menor se posó sobre los nudillos contrarios e inconscientemente se acercó un paso al hombre frente a él.

—Levi... — "Yo también te amo", palabras que se quedaron atoradas en sus labios. — Yo...

Era un joven que nunca se había enamorado, siempre había estado solo y nunca tuvo un apoyo o muestra de afecto más que las de su propia hermana, solo eran ellos dos contra el mundo; quería tanto poder confiar, quería que esto realmente fuera real, pero tenía tanto miedo de que se esfumara con tan solo un soplido.

Por lo que su silencio fue la respuesta que el hombre mayor recibió.

Con un suspiro y una mirada apagada. Levi se separó del bello jovencito que sujetaba su mano como si fuera un salvavidas, sabiendo que escucharía palabras que no quería, que algo malo estaba por pasar.

—Odio verte con otros. — Dijo el mayor, mirando sus manos aún unidas. —Odio saber que te tengo que compartir y que otro toca y maltrata la piel que yo beso.

Oh y Eren también lo odiaba tanto, pero por mucho tiempo esa había sido la única forma de poder mantenerse tanto a él como a su hermanita. Ese trabajo le había dado la posibilidad de que Isabel recibiera una buena atención médica y él pudiera empezar una carrera universitaria.

—No puedo seguir fingiendo que no pasa, Eren. — Dijo Levi, finalmente alzando su mirada, odiando ver esos hermosos ojos tan tristes y llenos de miedo, pero él ya estaba en su límite. —Lo siento por hacer esto — susurró. — Pero Ya no puedo seguir así.

—Levi... No... — gimió con el terror inundando su ser. — No lo hagas.

La sonrisa de lado de Levi, nunca se había visto tan cansada como en esta ocasión, donde quería hacer cualquier cosa menos sonreír.

—Yo no haré nada, Eren.— Dijo derrotado — Todo dependerá de ti.

Y el corazón del menor dolió en lo alto de su pecho.

— Una semana, Eren. — dijo calmado, o al menos intentando estarlo — No te puedo obligar a dejar tu trabajo, pero tampoco puedes esperar a que siga soportando lo detestable que es saber que... estás con otros. Lo siento, ya no aguanto.

Eren sabía que sería injusto pedirle a Levi que aguantara y sabía que el mayor estaba diciendo la verdad debido a esa mirada tan seria, tan llena de enojo al mencionar esas palabras, sabía que Levi se lo imaginaba retozando con otros hombres y al parecer había llegado a su límite.

La diestra de Levi, esa mano que había caído hasta el costado de su propio cuerpo se alzó y cogió nuevamente esa suave y tersa mejilla de un hermoso color miel con gamas rojizas.

ManualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora