Yoongi conoció a Hoseok cuando era un bebé de apenas siete meses, sus padres le dijeron que ese pequeño niño era su destinado, su futuro omega.
Yoongi lo aceptó, sin embargo creció.
A los diecisiete años Yoongi regresó a Corea-Seul, pero no regresó...
El Omega no sabía cómo reaccionar, sin poder contenerse estaba dejándose llevar al ritmo de los labios ajenos, su alfa.
Yoongi sujetaba sus mejillas con delicadeza y lo besaba de igual manera, no podía pensar en nada más que no fuera Hoseok. Sin separarse del beso, llevó una mano a la cintura del pelirrojo y este llevó sus manos al cuello de su marido, ambos no podían ni querían separarse.
Pero por la necesidad de aire al momento en que el beso se fué haciendo más intenso, ambos se separaron y se miraron mientras trataban de regular sus respiraciones.
Yoongi: Yo...lo siento.
Hoseok: No tiene por qué. Soy su esposo. --No podía creer lo que había dicho, era cierto pero aún así, se sintió raro--
Ninguno dijo más, solo se miraron con algo de timidez y nerviosismo, pues de repente ambos se sintieron desconocidos o mejor dicho como una pareja que apenas esta en la etapa de cortejo.
El Omega decidió levantarse torpemente para ya no tener la mirada del Alfa tan fijo en él, pues estaba empezando a sentir las ganas de besarlo nuevamente.
Hoseok: ¿Qué hora es? --Preguntó para poder romper al fin ese incómodo silencio--
Yoongi: Diez. --Respondió siguiendo al Omega que se adentró en la habitación--
Hoseok: Dios, ya es tarde.
Yoongi: Discúlpame por despertarte, al parecer estabas cansado.
Hoseok: No, agradezco que...me haya despertado. --Sonrió con timidez recordando el beso--
Yoongi lo miró atentamente, su esposo era tan bello y se sintió estúpido al literalmente ignorar el hecho de que el general era quien más disfrutaba del hermoso pelirrojo, de su esposo.
Yoongi: Yo...voy a hacer unas cosas pendientes, --Dijo acercándose a la puerta-- una vez más, disculpa por...
Hoseok: ¡Yo también quise! --Se tapó la boca en cuanto se dió cuenta de lo que había dicho, sus mejillas se sonrojaron y su temblorosa voz trató de corregirse-- E-Es decir, debió pasar...¡No! L-Lo que digo es que somos esposos, es...¿Normal?
Yoongi: --soltó una risita al ver al Omega, que era su esposo, tan nervioso y sonrojado como si recién se estuvieran conociendo-- Lo es, nos vemos después.
El alfa se fué para que el Omega ya no estuviera tan nervioso y pudiera respirar tranquilo, esto claro que el Omega agradeció enormemente.
Hoseok: ¿Qué me sucede? --Se agarró la cabeza y se tiró a la cama-- No puede ser, ¿Hoseok sigues enamorado de él?
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Taehyung: Su majestad. --Hizo una reverencia ante el Omega pelirrojo dejando al contrario con una cara de confusión, pues el rubio estaba extrañamente cordial--
Hoseok: Segundo esposo real. --Respondió igualmente, sin hacer reverencia por obvias razones pero claro siendo respetuoso igualmente--
Taehyung: Buena mañana, ¿durmió bien?
Hoseok empezó a sospechar por tanta cordialidad, ¿qué estaba tramando? ¿Lo estaba haciendo?
Hoseok: Excelente, espero que también tú.
Taehyung: Estupendamente. --Soltó una risita y volvió a hablar-- Hasta luego, majestad. Debo hacer algunas cosas y hablar con el soberano.
Hoseok: Claro.
Después de dejarle una sonrisa que le causó intriga a Hoseok el rubio se fué junto sus damas de compañía.
Yuqi: Parece una serpiente venenosa, de su boca salen palabras lindas pero solo suelta puro veneno. --Expresó con molestia una vez que el Omega rubio se fué--
Jisoo: ¡Yuqi! --Le llamó la tensión antes que volviera a hablar-- No debes...
Hoseok: Es verdad, hay algo que no me gusta de toda esa amabilidad. Serpiente, esa es la palabra.
Han: ¡Bien dicho su majestad!, es...
Jisoo: ¡Han! --El mencionado guardó silencio inmediatamente, bajó la cabeza y guardó sus manos tras su espalda-- Su majestad, al igual que ellos tengo sospechas de que el primer esposo real tiene algo entre manos, sin embargo no podemos acusarlo teniendo como única prueba su amabilidad o respeto sospechoso.
Hoseok: Como quiera es una serpiente venenosa.
Yuqi: ¡Si!
Han: ¡Si, lo es!
Y equivocados no estaban.
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X: ¿Desea agua, su majestad? --Preguntó a la madre de Hoseok, quien se encontraba dentro el carruaje junto al rey--
M/h: No gracias, lo que quiero es llegar pronto al palacio y ver a mi hijo y a su esposo. --Contestó emocionada--
P/h: Querida, comparto tu entusiasmo. No veo la hora de ver a nuestro querido hijo. --Sonrió con nostalgia al recordar que ahora era un rey y esposo del soberano más poderoso de todos--
M/h: Igual yo, estoy tan...
No pudo terminar ya que de repente se empezó a escuchar un alboroto afuera.
X: ¡Protejan a los soberanos!
Fue lo último que escucharon antes de entrar en pánico.
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