Capítulo XXVII

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"Si me preguntan quién es mi familia, les digo que son mis amigos y que mi lugar seguro siempre será mi guitarra

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"Si me preguntan quién es mi familia, les digo que son mis amigos y que mi lugar seguro siempre será mi guitarra."

—Kyler.

—Oh, vamos, Kimberly, dime qué no es cierto.

Negué con la cabeza.

—¿Me estás hablando en serio?

—Julia, por Dios, sí.

—Como carajos vas a decirme esa gilipollez.

—Ese idiota hizo eso...

—No, es que es tan... fácil de creer. ¿Por qué lo hizo?

Me encogí de hombros, intentando entender la lógica detrás de las acciones de Aran. Le conté a Julia lo que había hecho; al parecer, no tenía idea.

—Aran, siempre te dije que era un idiota —dijo mientras mordía un trozo de algodón de azúcar—. Aunque esté buenísimo, no quiere decir que sea la última Coca-Cola del desierto.

Hice una mueca. Era cierto que Aran siempre había sido apuesto y carismático, pero su comportamiento actual me resultaba completamente repulsivo.

—No lo sé... creo que los celos lo llevan a hacer cosas extremadamente peligrosas. Nunca se comportó así antes; si lo hacía era por alguna razón. Pero jugar con la vida de una persona... eso sí es una situación delicada —le respondí con seriedad.

Ella se encogió de hombros, como si todo fuera más simple de lo que parecía.

—Todavía está enamorado de ti. ¿Qué piensas? ¿Que te iba a dejar así como así con Brad?

—No, Julia, pero se metió con la novia de Dominik. No es justo que pague sus celos con personas que no tienen nada que ver en esto.

—Mira, Kim —dijo ella con un tono más grave—, conoces a Aran. Es capaz de hacer cualquier cosa que se le ocurra para que vuelvas con él. Es doctor por Dios.

Fruncí el ceño, confundida por su comentario.

—¿Qué carajos tiene que ver que sea doctor?

—Pues que sabe cómo herir a una persona sin necesidad de un objeto físico. Conoce sus puntos débiles; no hablo solo del cuerpo, sino también de los sentimientos. Sabe exactamente dónde apretar para hacer daño.

Su afirmación resonó en mi mente como un eco inquietante.

—A veces las personas hacen locuras cuando sienten que están perdiendo algo valioso —dijo Julia pensativa—. Pero eso no justifica sus acciones.

—¿Crees que él me dijo todas esas palabras aquel día con la intención de hacerme daño?

—Oh, Dios mío, Kim, aterriza en el planeta tierra. ¿De verdad crees que él lo dijo solo por decirlo? Lo dijo para hacerte daño, el mismo Brad te lo dijo.

Una Melodía©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora