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✧𝐂𝐀𝐙𝐀𝐃𝐎𝐑𝐄𝐒 𝐃𝐄 𝐄𝐒𝐓𝐑𝐄𝐋𝐋𝐀𝐒✧ capítulo 10
✧Kairi
La brisa salada me envuelve mientras me apoyo en la barandilla del balcón, mirando cómo el sol se pierde lentamente en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados, mientras empieza a fundirse con el manto estrellado. La playa se extiende tranquila y serena, como si no hubiera pasado el día más perfecto y caótico de mi puta vida.
Es irónico, lo sé. Toda esta paz, esta absurda facilidad con la que encajamos...
El día de hoy fue un recordatorio constante de "qué podría haber sido" y "lo que nunca será". Fue un maldito sueño, una realidad paralela que no existe. Los dos entrelazando nuestros dedos mientras paseamos por toda la ciudad, robándonos besos como si fuésemos esos adolescentes que se amaban, como si no llevásemos cicatrices visibles y ocultas...
Cierro los ojos y me permito creer que esa es nuestra vida. Que todo lo que pasó hoy es real. Que él es mío y yo soy suya, sin barreras, dejando que la esperanza me llene.
Al menos, no me ha dolido la cabeza en todo el día, eso lo considero triunfo.
Entonces escucho unos pasos. Satoru está detrás de mí, su presencia me abraza y vuelvo a abrir los ojos. Se detiene a mi lado, apoyándose en la barandilla también, su hombro rozando el mío.
─Hoy... esto... ha sido bonito ─digo en un susurro, con la voz tan baja que casi parece un pensamiento en voz alta.
─Lo sé ─responde simplemente, su voz tranquila, pero que consigue hacerme temblar.
Con la mano opuesta a él, saco el móvil del bolsillo del vestido y decido hacer una foto de esta puesta de sol. Una foto que guardaré en mi álbum secreto. Una foto a la que regresaré siempre que necesite recordar que, en algún momento, fuimos.
─Es precioso, ¿verdad? ─murmuro, casi sin aliento, mirando el cielo.
Satoru sonríe de lado con sus ojos clavados en mí.
─Lo es, es increíble ─dice, rompiendo la calma.
Siento su respiración acompasada, la calidez de su brazo junto al mío. Me giro a mirarlo. Sus ojos, de un azul profundo que rivaliza con el cielo nocturno, me atraviesan. Me está mirando como si fuese su jodido mundo.
«Está jugando y se lo estás permitiendo».
─Déjame ver esa foto que sacaste ─dice con la sonrisa ladeada.
Asiento y le doy mi móvil, con la galería abierta.
El corazón me late con demasiada rapidez, mientras él se pierde mirando cada maldito detalle de la foto. Parece que está buscando algo que no soy capaz de ver en una simple foto.
