Capítulo 5

62 9 8
                                    

Ya se la saben please ☺

***

Harry estaba en la habitación de Louis mirando por la ventana los movimientos de la gente, desde esa distancia del tamaño de hormigas. Hacía horas que había llamado por teléfono a su oficina para decir que se tomaría todo el día libre.

Louis se había movido varias veces, pero aún no se había despertado. Media hora antes, Harry había podido convencer a sus padres de que dejaran por un rato su vigilia y se fueran a descansar y a comer algo. No le serían de ninguna ayuda a su hijo con los nervios rotos por la tensión.

— ¿Harry?.

El sonido de su voz era apenas un susurro, pero Harry lo oyó y cerró los ojos. Había estado esperando ese momento con un doloroso presentimiento. Su reacción anterior había dejado sus nervios de punta. Tanto que tenía miedo de acercarse a la cama y al hombre que estaba en ella. Pero había prometido ayudar así que, tomando aire, se dio la vuelta y se dirigió hacia la cama.

—Estoy aquí —dijo intentando parecer calmado mientras su corazón latía aceleradamente. Él lo estaba mirando con esos asombrosos ojos azules. ¡Por amor de Dios! Cómo lo afectaban esos ojos. Hacían que le diera un vuelco el corazón y que se le doblaran las rodillas. Podría ser tan fácil ahogarse en ellos... Era un pensamiento que le helaba la sangre en las venas y hacía que sintiera una sofocante ola de calor en la cara. Eso no podía estar pasando, se dijo a sí mismo. «Soy un hombre que se enorgullece de su sensatez. ¿Cómo puedo haberme convertido de repente en esta criatura tan emocional?» No encontraba ninguna respuesta que pudiera aceptar.

Cuando se paró delante de la cama, Louis levantó la mano y Harry la sostuvo en la suya. Algo como una descarga eléctrica le subió por el brazo, haciendo que contuviera el aliento. Sus ojos se convirtieron en dos turbulentas piscinas verdes en los que Louis se miró con la misma sorpresa. Saber que el castaño estaba sintiendo lo mismo que él no lo desagradó en absoluto, más bien al contrario.

Louis parpadeó confundido.

—Es asombroso lo que... el roce... con la muerte puede hacerle a uno... —murmuró, respirando con dificultad por el dolor en sus magulladas costillas. Harry estaba aún más sorprendido. Louis respiró profundamente, haciendo una mueca de dolor.—Tocándome me has hecho saber que... aún no estoy muerto.

Cuando el rizado siguió la dirección de sus ojos bajando por la cama se dio cuenta de lo que quería decir y se ruborizó. Harry quiso escapar del dominio de su influencia hipnótica, pero él no soltaba su mano y, temiendo hacerle daño, se vio forzado a no moverse.

—Quizá debería decirle a la enfermera que le ponga algo a tu té —dijo el rizado. Louis empezó una risa que acabó en un gemido. — ¿Louis? —preguntó alarmado. Louis hizo un gesto negativo con la cabeza.

—Estoy bien.

Después de unos segundos lo miró acusador.

—Es culpa tuya. Tú has empezado.

— ¿Culpa mía? —preguntó Harry deseando que soltara su mano. Necesitaba pensar. Necesitaba sitio, él estaba demasiado cerca.

—No deberías haberme mirado... como si... quisieras... comerme —dijo él. Harry estaba tan sorprendido que se quedó boquiabierta.

— ¡Eso no es verdad!

—Sí es verdad... pero no te preocupes... me gusta.

Profundamente avergonzado, Harry deseaba que se lo tragara la tierra porque temía que lo que acababa de decir fuera cierto.

—Eso es absurdo. Yo... yo estoy aquí para que te recuperes.

—Pues funciona.

Harry se mordió los labios y apartó la mirada. No podía soportar esta situación. La manera en que él lo hacía sentir por dentro. Aquélla no era la forma en la que había esperado hablar con un hombre que había estado a punto de morir. No lo estaba haciendo bien y se aclaró la garganta nerviosamente antes de hablar.

EL PROMETIDO DE MI HERMANO - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora