Capitulo 15

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—Ah, aquí estás cariño —dijo Louis amablemente cuando entró el rizado. Lo tomó del brazo y lo acercó al hombre.—Quiero presentarte a Niall Horan.

Harry se encontró estrechando la mano de un hombre alto de unos treinta y pocos años, que se quedó mirándolo fijamente como si estuviera viendo un fantasma.

—Y a su pareja —siguió Louis haciéndolo girar hacia el sofá—, Harry.

Esa fue la presentación. Harry esperaba encontrarse con un hombre de la misma edad que el señor Horan, pero el hombre que estaba sentado tranquilamente en el sofá, vestido con un ajustado traje azul marino era la última persona a la que hubiera esperado o deseado ver. Se quedó pálido. El mundo, que hasta esa mañana era perfecto, acababa de derrumbarse por completo. Harry estaba tan atónito como él.

— ¿Harry? —preguntó, irguiéndose en el sofá y lanzando una mirada acusadora sobre Louis—. ¡No me habías dicho que te habías casado con mi hermano! —En medio de ese drama, la grave y asombrada voz de Niall Horan sólo pudo articular

— ¡Gemelos! ¡Por Dios, son gemelos!.

—Y aparentemente los dos se llaman Harry—dijo Louis intentando parecer divertido.

Pero Harry sabía que no lo estaba. Giró la cara hacia él. Estaba furioso. Frío, salvajemente furioso. Harry cerró los ojos y se dijo a sí mismo que no debía derrumbarse. Pasara lo que pasara, no sucumbiría al horror que le estaba helando la sangre. Abriendo los ojos, se forzó a sí mismo a dirigirse hacia su hermano quien, por una vez en su vida, parecía inseguro. Como Harry, se sentía parte de una escena en la que no tenía ningún control.

Era Louis quien movía las cuerdas.

—Yo soy Harry, él es mi hermano gemelo, Henry. Pero le gusta que lo llamen Harry—informó a los dos hombres mientras lo saludaba de la mano.

— ¡Por amor de Dios! ¿Cómo los diferencias? —preguntó Niall Horan fascinado.

Louis se encontró con la mirada de Harry y sonrió glacial.

—Por el pelo. ¿Verdad, cariño? —preguntó buscando una confirmación que no necesitaba.

Su mirada decía que sabía eso y mucho más. De nuevo Niall, aparentemente ajeno a la tensión que había a su alrededor, dijo:

—Sí, es verdad. ¿Qué te parece? Si no fuera por el pelo, nadie podría notar la diferencia. Vamos, que si uno de ellos dijera que era el otro, ¿quién se lo podría discutir? —preguntó sin darse cuenta de que esa frase era como clavar una daga en el corazón de Harry.

—Desde luego —murmuró Louis.

—Voy... voy a echarle un vistazo a la cena —Harry se excusó y salió precipitadamente de la habitación sin preocuparse de lo que pudieran pensar.

Empujó las puertas batientes de la cocina y se paró delante de la mesa, sujetándose fuertemente al borde. ¡Por Dios, él lo sabía! Un enorme dolor lo atravesó pensando en el frío intento de venganza que había detrás de la idea de traer a Henry sin avisarle. Se había enterado de todo y quería castigarlo.

—Bueno, ¿qué demonios está pasando aquí? —preguntó casi a gritos Henry desde la puerta de la cocina, haciendo que Harry diera un brinco.

—Parece dolorosamente obvio —respondió Harry notando que su hermano había recuperado su habitual seguridad y no le gustaba nada la situación.

Con las manos en las caderas, Henry lo miró acusador.

— ¿Qué significa esta charada?.

Harry respiró profundamente.

EL PROMETIDO DE MI HERMANO - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora