21
— ¿Estás seguro de que lo que estás haciendo está bien? —preguntó Perrie mientras miraba a Harry terminar de perfumarse.
Estaban en el apartamento de Harry. Era viernes por la tarde y el rizado se estaba preparando para su boda.—Lo quiero, Perrie —contestó simplemente arreglándose el cabello y echándose hacia atrás para observar el efecto.
Se había peinado de forma sencilla, un poco de gel y un poco de colonia en el cuerpo, sus mejillas lucían coloradas después de la noche anterior y parte de la mañana con Louis. Había vuelto a casa sólo unos minutos antes de que llegaran Perrie y Damian.
—Pero si alguna vez se enterase... —Perrie no terminó la frase y Harry se levantó y se puso unos zapatos cafés claro.
—No se enterará —dijo firmemente mientras echaba una última mirada al espejo.
Había encontrado el traje de terciopelo color crema en una de las tiendas más caras de la ciudad. Había costado un dineral pero, como sólo pensaba casarse una vez en la vida, le pareció que valía la pena.
—No puedo dejar de pensar que estás cometiendo un terrible error —suspiró su amiga.
Harry tomó la corbata a juego con los zapatos y su maletín, comprobando que tenía los papeles dentro. Ya habían recogido sus maletas y habían sido llevadas al aeropuerto. Lo que quedaba en el apartamento sería empaquetado y los muebles serían enviados a un guardamuebles. En poco más de una hora sería el señor de Louis Tomlinson. Se volvió hacia su amiga, que había accedido a ser testigo de la boda y en silencio suplicó su comprensión.
—Quizá sea así, pero tengo que hacerlo. Nunca he estado tan seguro de algo en mi vida. ¿No puedes alegrarte por mí Edwards?
— ¡Claro que sí! —exclamó Perrie derrotada, abrazando a Hazz— Claro que me alegro por ti. Lo que pasa es que te voy a echar de menos.
Sonó un golpe en la puerta de la habitación.
—Eh, ¿van a salir de la habitación de una vez? Me estoy aburriendo —gritó Damian.
Los dos se apartaron riendo. Abriendo la puerta, Harry dio una vuelta.
— ¿Qué te parece, Dami? ¿Estoy guapo?
Vestido con pantalones y camisa nuevos, el hijo de Perrie estaba guapísimo pero incómodo.
— ¡Guau! —exclamó impresionado.
—Esperemos que Louis piense lo mismo —pronunció su madre burlona empujando al niño hacia la puerta.
Harry echó un último vistazo al apartamento que había llamado su hogar durante los últimos años. Había puesto mucho trabajo y mucho amor en él, pero realmente no lo echaría de menos. Todo lo que para él significaba algo ahora estaba ligado a Louis Tomlinson.
Mark Tomlinson había contratado una limusina para llevarlos a la iglesia, pero llegaron demasiado pronto y Harry, supersticioso, hizo que el conductor diera otra vuelta a la manzana antes de parar. Después entraron en el bello edificio. Vio a Louis esperándolo en el altar.
Su corazón dio un vuelco como ocurría cada vez que lo veía. El último trazo de ansiedad se desvaneció en ese momento. Amaba a ese hombre. Nunca haría nada que le hiciera daño. Sería el mejor esposo del mundo porque sabía que podía hacerlo feliz.
Media hora más tarde, estaban de nuevo en la calle y ya no era solo Harry Styles si no el esposo de Louis Tomlinson. Para probarlo llevaba una alianza en el dedo igual que la que llevaba Louis. En los escalones de la iglesia, Louis se paró para mirarlo.
— ¿Feliz, cariño? —preguntó. Harry le sonrió con la confianza de su amor.
—Muy feliz. Nunca miraría hacia atrás.
Lo único que existía ahora era el futuro.
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EL PROMETIDO DE MI HERMANO - Larry Stylinson
Fanfiction~Terminada~ EL PROMETIDO El hermano gemelo de Harry Styles, Henry, era un problema con mayúsculas. Pero esa vez había ido demasiado lejos al abandonar a su prometido, Louis Tomlinson, cuando éste se estaba recobrando de un gravísimo accidente. ¿Qué...