Louis se acercó para recoger los platos.
—Lo que no puedes hacer es ponerte enfermo.
—No, doctor —devolvió el rizado bromeando.
—Lo digo en serio, Harry—insistió él.
Entonces el rizado supo por qué lo decía. No confiaba en él en absoluto.
—No te preocupes. No tengo intención de dar una mala imagen —dijo fríamente.
— ¿Qué quieres decir con eso?.
— ¡Quiero decir que sé que no confías en mí! Crees que me estoy enfermando para que nos nieguen a nuestro hijo.
Sabía que la adopción era algo difícil de obtener, y eso tenía a los dos con los pelos de punta.
Tenían los papeles en regla, pero también sabían que vendría un consultor de adopción y al mínimo error en ellos, podrían revertir todo el proceso y negarles la oportunidad de ser padres. Y esta familia se estaba quebrando.
—Lo creas o no, yo no quería decir eso. Lo he dicho sólo pensando en ti —dijo él apretando los dientes.
—Si no te he entendido bien, lo siento —se disculpó el rizado secamente.
—Olvídalo.
Cuando estaba a punto de marcharse, se volvió hacia él y preguntó:
—Liam y yo nos vamos a pescar. ¿Te importa quedarte solo?
Harry lo miró, intentando descifrar su expresión. ¿Se quedaría si él se lo pidiera? Decidió que era mejor no intentarlo.
—No, no me importa. Ve y pásalo bien.
Después de unos segundos, Louis asintió con la cabeza.
—Si necesitas algo, puedes pedírselo a Maudie. Volveremos a la hora de la cena. Cuídate.
Se pasó toda la mañana sentado a la sombra, leyendo o dormitando. Le sentaba bien no pensar y dejó que el calor borrara todas sus preocupaciones. Maudie, obviamente por recomendación de Louis, se encargó de prepararle el almuerzo y de llevarle bebidas frías durante toda la tarde. Cuando volvió a la casa para bañarse y vestirse para la cena, se sentía más relajado de lo que se había sentido en mucho tiempo.
La sensación persistió hasta que Liam llamó suavemente a la puerta. Harry sonrió ante su aspecto de pescador de pacotilla.
—Parece que han tenido un buen día.
—Sí, hemos pescado mucho. De vuelta a casa entramos un momento en el bar y Louis se encontró con Oliver, un amigo de la infancia. Bueno, el caso es que como Louis sabía que yo tenía que venir a ducharme antes de salir con Danielle, me ha pedido que te diga que se queda a cenar con él. Ha dicho que tú lo comprenderías.
Harry lo entendía muy bien. Louis seguía evitándolo. Con sus padres y sus hermanos fuera, esa noche hubieran estado solos en la casa. Habrían tenido que pasar horas juntos y quién sabía qué podría haber ocurrido. Él no quería arriesgarse y había salido corriendo.
—Sí, claro. Gracias por decírmelo, Li. Dale un beso a Dani y al bebé de parte mía —dijo con calma.
Liam salió silbando para ducharse e ir a buscar a su prometida. Harry cerró la puerta del dormitorio y se apoyó en ella, con una mano en el corazón. Sabía que estaba en lo cierto y eso lo tranquilizaba. Después de días de peleas y silencios, un segundo lleno de esperanza y el siguiente de desesperación, era un alivio saber que no todo estaba perdido. Podría evitarlo esa noche, pero no podría evitarlo siempre. Esa noche no le importó cenar solo porque se sentía lleno de confianza. Después se sentó frente al televisor para ver una película y, cuando terminó, como Louis no había regresado, se fue a la cama.
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EL PROMETIDO DE MI HERMANO - Larry Stylinson
Fanfiction~Terminada~ EL PROMETIDO El hermano gemelo de Harry Styles, Henry, era un problema con mayúsculas. Pero esa vez había ido demasiado lejos al abandonar a su prometido, Louis Tomlinson, cuando éste se estaba recobrando de un gravísimo accidente. ¿Qué...