Capitulo 18

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¿Me apoyan con los errores? Gracias ♥


***

Harry abrió la boca para respirar.

—No me ha pasado nada.

Sus miradas se cruzaron y los tormentosos ojos azules lo devoraron. Sabía que no estaba equivocado, esa mirada decía que seguía amándolo. Podía no querer admitirlo, pero seguía en su mirada.

Lo único que tenía que hacer era acercarse un poco y...Obviamente, Louis lo había leído en sus ojos, porque se apartó de él física y mentalmente, ayudándolo a levantarse con un despego que partió su corazón. Cuando lo hubo puesto en pie, volvió a colocar el muro entre los dos.

—Antes de que te rompas una pierna, te informo que tengo que entrevistar a un testigo el sábado por la mañana. Es fundamental para el caso en el que estoy trabajando y no puedo arriesgarme a que no quiera testificar. Por eso he sugerido que te vayas mañana y yo tomaré el tren en cuanto pueda.

Una mirada bastó para saber que era cierto. Maldiciéndose a sí mismo por haber reaccionado como un tonto, aunque no era sorprendente dadas las circunstancias, Harry dijo:

—Ya veo. Entonces, te dejaré la maleta preparada, ¿no?.

—Te lo agradecería.

—No tienes por qué agradecerme nada. Es lo que cualquier persona normal haría por su marido.

—Nosotros no somos exactamente un matrimonio normal —dijo él secamente—. Y ya que hablamos del tema, espero que no dirás nada a mis padres sobre nuestros problemas.

—Vamos a jugar a la familia feliz, ¿no? ¿Crees que puedes confiar en mí para eso?.

—Confío en que sepas qué es lo que más te conviene.

— ¡Maldito seas! ¿Cuántas veces tengo que decirte que no quiero tu dinero? ¡Sólo te quiero a ti! —dijo desesperado. La fría expresión de su rostro le decía que estaba perdiendo el tiempo—. ¿Para qué seguir hablando?.

Cansado y derrotado, Harry se dio la vuelta y empezó a subir la escalera.

— ¿Harry? — Louis lo llamó haciendo que se parara y se girara hacia él.

—Estoy cansado.

Un cansancio que no era sólo debido a falta de sueño. Estaba dolido y agotado.

—Es sólo un segundo. Quería saber si habías comprado un regalo para Liam.

Harry negó con la cabeza.

—No. ¿Quieres que lo compre o prefieres hacerlo tú?.

—Hazlo tú. Confío en tu buen gusto.

Lo dijo con tanta sencillez, como si no lo dudara ni un momento. Cómo hubiera deseado que confiara en su amor por él de esa manera.

—Muy bien.

Siguió subiendo la escalera, cerró la puerta de su dormitorio y cayó sobre la cama. Hubiera deseado llorar, pero el dolor que sentía era demasiado profundo. El futuro parecía horrible. Louis nunca admitiría que seguía amándolo. Había decidido quedarse porque esperaba poder recobrar su confianza y que él lo perdonara. Pero, ¿y si no lo hacía?

Era un pensamiento aterrador que no pudo quitarse de la cabeza durante todo el día siguiente, mientras compraba el regalo y conducía hasta la casa de los Tomlinson en Maine. Mark y Jay tenían una gran casa al borde de un lago. Había sido su casa de verano, pero desde que Mark se jubiló se había convertido en su residencia permanente. Harry había estado allí varias veces durante los primeros meses de matrimonio, pero era la primera vez que llegaba solo.

EL PROMETIDO DE MI HERMANO - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora