¥ Confundir ¥

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A la mañana siguiente, el sol se filtraba a través de las cortinas de la habitación de Juanjo. Estaba desayunando cuando notó el mensaje en su teléfono. Al leerlo, una pequeña sonrisa se formó en su rostro. El mensaje de Martin lo tomó por sorpresa, pero también le dio una sensación cálida, como si poco a poco estuvieran abriéndose más el uno al otro.

Pensó en cómo responder, queriendo mostrar apoyo sin sonar demasiado entusiasta. Luego escribió:

"Me alegra que hayas tomado esa decisión.

No te preocupes por escribirme, puedes contarme lo que sea.

Espero que te sientas bien con lo de la danza.

Nos vemos más tarde."

Envió el mensaje y se quedó pensando por un momento. Aún no sabía por qué, pero se sentía cada vez más involucrado en lo que le pasaba a Martin. Quizás había algo más que no alcanzaba a comprender del todo, pero estaba dispuesto a descubrirlo con el tiempo.

Esa pequeña interacción abrió un nuevo camino en su relación, una conversación que había empezado de manera tímida pero que llevaba consigo el peso de muchas cosas no dichas. Ambos sabían que algo estaba cambiando, aunque ninguno de los dos estuviera listo para admitirlo por completo.

Más tarde, cuando ya estaban a punto de entrar a la siguiente clase, Martin recibió una segunda notificación de Juanjo. Al principio pensó que sería algo relacionado con las tareas, pero al abrirlo, se dio cuenta de que era algo más personal.

"Oye... no sé, estuve pensando y me pareció bien que me contaras lo de la danza.

Quiero decir, no es raro ni nada, o sea...

Bueno, yo tampoco soy muy bueno en estas cosas, pero... me alegra que hayas decidido volver. No tienes por qué pensar que es raro que me lo dijeras, en serio.

Igual... si te sientes raro o te arrepientes, no pasa nada, ¿vale?

Solo, no sé, sentí que debía decírtelo.

Nos vemos."

El mensaje se sentía un poco atropellado, como si Juanjo no estuviera seguro de cómo sonar menos nervioso. Y para terminar, cuando Martin levantó la vista, vio a lo lejos a un Juanjo nervioso con el celular en la mano. Este también levantó la mirada y las suyas conectaron.

4 segundos de miradas

Una chispa que cada vez se encendía más

Una chispa que cada vez daba más miedo.

Martin sonrió para sí mismo. No era el tipo de respuesta que esperaba, pero había algo en la torpeza de Juanjo que le resultaba genuino. Pensó en responder, pero en ese momento la clase estaba a punto de empezar y decidió dejarlo para más tarde.

Las clases continuaron como de costumbre, pero había una sensación en el aire de que algo se estaba gestando. Durante el descanso, Ruslana se acercó a Juanjo, con una sonrisa cómplice en los labios.

—Oye, estamos planeando algo para el cumpleaños de Chiara. ¿Te unes? —preguntó mientras le mostraba un pequeño grupo de mensajes en su teléfono, en los que claramente se veía la organización de una fiesta sorpresa.

Juanjo leyó rápidamente. El plan consistía en una fiesta sorpresa esa misma noche. Era la oportunidad perfecta para pasar más tiempo con Martin sin la presión de las clases.

—Claro, suena bien —respondió con una sonrisa.

Más tarde, durante las clases de refuerzo, la dinámica entre Martin y Juanjo había cambiado ligeramente. No era mucho, pero Juanjo podía sentir que algo fluía con más naturalidad entre ellos. Sin embargo, en medio de una de las explicaciones del profesor, notó que Martin lo miraba fijamente, como si estuviera midiendo algo en su mente. Finalmente, Martin se inclinó un poco hacia él.

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