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Pov's Omnisciente:

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Pov's Omnisciente:

Yumiko miraba con incredulidad las bolsas de marcas de lujo apiladas en la sala de estar. Cada una estaba llena de obsequios costosos que parecían de todo menos un simple detalle. Ropa, perfumes, accesorios de diseño. La extravagancia de Megamo Saikou era tan evidente como abrumadora. A su lado, Kurumi Saiki, con una sonrisa encantadora, comentaba sobre el gesto de Megamo con alegría, explicando cómo él había pasado esa misma mañana para entregar todos esos regalos “de corazón.”

-Ah, Megamo y Kusuo siempre fueron muy unidos- Comentó Kurumi, acomodando las bolsas con total normalidad- Claro, entre ellos siempre hubo una conexión especial, ya sabes, por sus poderes psíquicos-

-¿Que?-

De inmediato, Kurumi pareció darse cuenta de lo que había dicho y se cubrió la boca, sus ojos abiertos con pánico.

-Pero bueno, no le hagas mucho caso a eso- Añadió rápidamente, nerviosa- Son solo cosas… cosas de la infancia, ya sabes. No importa ahora, olvida lo que dije, Yumiko-

Yumiko quedó paralizada. ¿Había escuchado bien? "Poderes psíquicos." De pronto, muchas cosas parecían tener más sentido, como las veces que había sentido algo extraño alrededor de Saiki o sus reacciones inexplicables. Sin pensarlo dos veces, Yumiko dejó las bolsas y subió rápidamente las escaleras hacia la habitación de Saiki. No tocó la puerta; la abrió de golpe, decidida a obtener respuestas.

Saiki estaba en su cama, aparentemente absorto en sus pensamientos. Yumiko lo miró directamente a los ojos, con determinación y un toque de confusión.

-Saiki… ¿qué eres?- Preguntó, su voz firme pero con un destello de vulnerabilidad-

Saiki la miró en silencio, evaluando sus palabras y su expresión. Había una mezcla de curiosidad y algo de temor en sus ojos, como si la idea de saber la verdad le asustara tanto como le intrigara. Y en ese momento, él supo que ya no podía seguir escondiéndolo.

Yumiko, sin apartar la vista de Saiki, se sentó junto a él en la cama, acercándose con suavidad. Su mirada estaba llena de preocupación, y su expresión era tan sincera que incluso alguien tan reservado como él podía sentirlo.

-Por favor, dime la verdad- Le pidió, tomando su mano en un gesto que le transmitía apoyo- Estoy aquí, Saiki-

Saiki se quedó quieto, observándola con atención. No podía leerle la mente en ese momento, pero aun así, la intensidad de su sinceridad lo alcanzaba de una forma que ni él podía ignorar. No percibía en ella ninguna pizca de duda o juicio, solo una clara y honesta preocupación.

-"Yare yare"- Finalmente, soltó un suspiro  mientras se preparaba para una confesión que nunca imaginó que haría. Se sintió extraño, porque no había nada de lógico en la decisión que estaba tomando, pero sintió que era el momento adecuado-

Café con Caramelo {Saiki y tú y ???}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora