El era amargo y tosco como el café
Ella era dulce y empalagosa como el caramelo
El no la quiso al inicio pues su sabor era demasiado fuerte pero con el paso del tiempo comenzó a amarla sin saberlo.
También había un caramelo salado único y algo loc...
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Pov's Omnisciente:
Yumiko y Megamo cruzaron la puerta de la elegante cafetería, enmarcada por cristales y decorada con un estilo moderno. Aunque trataba de mantener una apariencia tranquila, en su interior Yumiko estaba en alerta. Megamo, con su tono seguro y a la vez enigmático, la inquietaba. Sin embargo, en cuanto vio a Saiki sentado en una de las mesas junto a la ventana, su incomodidad disminuyó.
Saiki estaba vestido con una camisa de botones y un pantalón bien entallado, algo distinto a su estilo habitual y, aunque mantenía la misma expresión neutral, Yumiko lo notó más atractivo de lo normal. No dudó en acercarse rápidamente.
-Saiki, ¿qué haces aquí?- Preguntó, dejando escapar una ligera sonrisa de sorpresa-
Saiki frunció el ceño, claramente molesto.
-"Un niñato rico me trajo contra mi voluntad"- Respondió, lanzando una mirada significativa a Megamo-
Megamo soltó una risa breve y divertida, con una expresión de satisfacción en su rostro mientras se sentaba frente a ellos.
-Tan majo como siempre, Kusuo- Dijo Megamo, en tono de broma, como si el sarcasmo de Saiki no le afectara en lo más mínimo- Yumiko, toma asiento, por favor-
El ambiente se volvió rápidamente denso. Los tres estaban sentados en una especie de triángulo tenso, en el que cualquier palabra parecía llenar el aire de electricidad. Yumiko notó la forma en que Saiki miraba de reojo a Megamo, completamente incómodo y a la defensiva. Ella, por su parte, trataba de mantener la calma, aunque su respiración apenas se notaba.
Entonces, de forma repentina y con una seguridad inquebrantable, Megamo rompió el silencio con una declaración inesperada:
-Quiero que ambos sean mis novios-
El tiempo pareció detenerse. Yumiko abrió los ojos de par en par, intentando procesar lo que acababa de escuchar. Saiki, por su parte, giró la cabeza lentamente hacia Megamo, con una mezcla de incredulidad y desagrado en su rostro, sin poder ocultar la sorpresa.
-¿Qué?- Dijo Yumiko, rompiendo el silencio- ¿Estás... estás hablando en serio?-
Megamo asintió con tranquilidad, su mirada fría pero honesta.
-Completamente. Ambos son importantes para mí. Kusuo, sabes que eres la única persona que realmente me ha conocido… Y, Yumiko, tu calidez y tu honestidad… bueno, no me gustaría que esas cualidades se escaparan de mi vida-
Saiki soltó un suspiro profundo, tratando de contener la frustración que crecía en su interior.
-"Yare yare Megamo, no tienes ningún derecho a aparecer de la nada y decir cosas como estas. No somos juguetes que puedes añadir a tu vida cuando quieras-
Yumiko asintió, intentando procesar el capricho inusitado de Megamo. La incomodidad volvía, tan tangible que la hacía querer levantarse y salir de allí, pero Megamo no dejaba de mirarlos con intensidad, como si verdaderamente creyera que su propuesta tenía algún sentido.
