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Pov's Omnisciente

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Pov's Omnisciente

Yumiko se encontraba de pie frente a su armario, con un leve brillo en los ojos mientras examinaba cada prenda con cuidado. Salir de compras era más que una simple actividad para ella; era un pequeño acto de libertad y dignidad. Ahora, como joven adulta y con su propio dinero, escoger algo nuevo era, además de un ritual, un acto de resistencia a esos recuerdos de su infancia.

Desde que era niña, había sido una tradición ver cómo su madre y Kokomi compartían salidas exclusivas al spa y boutiques, momentos de «madre e hija» que nunca incluían a Yumiko ni a su hermano, Azul. En lugar de disfrutar esos días de chicas, ella recibía ropa usada, prendas que su madre le lanzaba sin siquiera mirarla, con una especie de desprecio evidente. Era como si el simple hecho de existir fuera un recordatorio de algo que su madre no podía soportar.

¿Por qué ese trato? ¿Qué había hecho ella para merecer el odio? Era una pregunta que nunca había sido respondida, pero que ahora, de alguna forma, se volvía menos importante. Porque, cada vez que elegía algo bonito, algo suyo, recuperaba un poco de la autoestima y de la fuerza que le habían intentado arrebatar.

Así que, con una pequeña sonrisa, Yumiko escogió un hermoso vestido negro con unos botines de tacón que hacían resonar su determinación en cada paso. Hoy, como siempre, iría de compras con orgullo y sin mirar atrás.

Yumiko salió de su habitación impecable, irradiando esa presencia que parecía llenar cualquier espacio. Su cabello caía con naturalidad, y cada paso resonaba con esa confianza sutil que solo una modelo podría llevar tan bien. Bajó las escaleras y encontró a Saiki en el salón, sumido en su ritual de televisión habitual. Sin perder su aire encantador, Yumiko le sonrió.

-Voy de compras- Dijo con ligereza, acomodándose la blusa con una gracia despreocupada-

Saiki levantó la vista un segundo, como evaluando su declaración, y luego, en un tono que rara vez usaba, uno casi bromista, le preguntó:

-"¿No tienes ya suficiente ropa?"-

Yumiko se rio suavemente, esa risa melodiosa y espontánea que hacía que pareciera aún más radiante.

-¿Problema?- Respondió con una fingida expresión de sorpresa, mientras se llevaba una mano al pecho- Lo que pasa es que soy demasiado fabulosa. La moda necesita que le dé un respiro-

Saiki no pudo evitar la leve curva en sus labios, su manera de sonreír casi invisible, pero Yumiko lo notó de inmediato. Se despidió de él, lanzándole un guiño, y se dirigió a la puerta, lista para conquistar cada tienda que la ciudad pudiera ofrecerle.

Así Yumiko salió de la residencia Saiki dispuesta a tomar un taxi y disfrutar de un día para si misma.

Yumiko llegó al centro comercial, bajando del taxi con esa elegancia relajada que la caracterizaba. Caminó hasta la cafetería Starbucks más cercana y, después de pedir un café con su toque personal con caramelo—una mezcla suave y perfecta—, empezó a recorrer el centro comercial con calma, disfrutando del bullicio a su alrededor.

Café con Caramelo {Saiki y tú y ???}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora