Estaba demasiado oscura la noche, no había luna, una sombra se movía en la oscuridad rondando su objetivo ocultándose en las esquinas y recovecos con habilidad, con sigilo caminó buscando por dónde colarse al interior del lugar, observó la puerta corrediza al jardín, suavemente la deslizó dándose cuenta que no había mucha seguridad en el lugar, con cuidado caminó en los pasillos de la sencilla mansión tradicional, la madera rechinaba a momentos, caminó más lento buscando tener más cuidado, observó la sala, el comedor, la cocina, todo veía con molestia mientras se movía. Entró a un pasillo lateral observando dos habitaciones, una era un estudio y la otra era la habitación de invitados, abrió sus ojos con duda al ver una habitación más grande, abrió con cuidado la puerta deslizable observando en el interior dos cunas, sonrió con maldad caminando al interior del lugar, no se veía mucho, pero podía distinguir dos bultos, por fin había llegado su momento, había esperado bastante dejando pasar tiempo para evitar estar entre los sospechosos, lo había planeado detenidamente, se coló en la mansión sin usar chakra para no llamar la atención, levantó un kunai bastante filoso que había preparado, observó ambos bultos con algo de miedo, tragó pesado, sacudió su mente.
Al final ellos tampoco merecían ser felices sobre su desdicha, volvió a subir sus manos con el kunai, lo bajó con velocidad, lo enterró con coraje en uno de los bultos, no una sino dos veces sonriendo como desquiciada, apretó el ceño con duda al notar algo extraño, levantó la cobija, sólo había un zorro de peluche en el lugar, levantó la otra cobija, era una almohada, lanzó ambos a la cuna con coraje, necesitaba encontrar a los mocosos- maldita sea- susurró con coraje.
Salió con sigilo a la habitación buscando a los pequeños con cuidado de no hacer ruido, vio una habitación de mayor tamaño, las puertas eran distintas, abrió suavemente la puerta corrediza mordiendo sus labios evitando hacer ruido, asomó su mirada al interior, apretó el ceño con odio al ver a la pareja con los pequeños entre sus brazos, cerró suavemente, era imposible llegar a los bebés, se alejó, buscaría una nueva oportunidad.
Cando abrió la puerta del jardín para salir, unos ojos rojos aparecieron frente a ella, el sujeto la tomó del cuello, con su mano apretó con fuerza el lugar -¿Qué mierda pretendías?- siseó con filo en su voz, la mirada del heredero Uchiha era fría, mantenía a la chica elevada con su mano en el cuello. Izumi trataba de tocar el suelo, pero era imposible, no respiraba- I… ta… chi-
Itachi levantó su mirada viendo unos fríos grises- deshazte de ella- Naruto se dio la vuelta abrazando a sus pequeños, se cubrió con una manta esperando a su hombre, el heredero sonrió arrogante, giró su mirada a la chica quien negaba con desesperación- por… fa… vor- el heredero la arrastró con velocidad al sótano de la mansión donde vivían, el piso era de cemento- al parecer debí eliminarte desde un inicio- la chica negaba algo morada de los labios por la falta de oxígeno, un sello de privacidad se elevó -planeabas asesinar a mis hijos maldita, eso nunca te lo perdonaré- la lanzó al suelo con desprecio, Izumi comenzó a toser con terror- no… por… fa…- abrió sus ojos con terror al ver fuego negro a su alrededor -nooooo Itachiiiii -
El Uchiha afiló su mirada, su mangekyo giró, el fuego negro comenzó a subir por sus piernas- aaaaaahhh nooooo piedad- Itachi la vio con coraje arrastrarse -los problemas se solucionan de raíz maldita loca- observó cómo el fuego negro la cubrió derrumbándola, se dio la vuelta con arrogancia cerrando la puerta a su espalda de un azote, subió con coraje aún del sótano hacia la habitación. Naruto levantó la manta a su espalda, Itachi sonrió acostándose a su espalda y abrazando con cariño a su marido -descansa amor, no pasa nada- el rubio sonrió dejándose mimar un poco, la familia nuevamente durmió con tranquilidad.
….
-Fugaku-sama, lamento interrumpir su cena -el líder veía a kenta con seriedad -¿ahora qué hizo Izumi?- el robusto hombre se sentía avergonzado, pero no encontraba a su hija- no logro localizarla por ningún lado, estoy preocupado, lleva días sin llegar a casa, fui a la sala de misiones, no se reportó por la mañana a su misión con su equipo, tengo un mal presentimiento- Fugaku suspiró con cansancio, asintió- bien, mandaré un equipo a rastrearla- kenta asintió agradecido -¿Itachi-sama no sabrá de su paradero?-
El líder lo vio con seriedad -le preguntaré, aunque no creo que quiera meterse en problemas en su nuevo matrimonio, acaba de casarse nuevamente kenta- ambos levantaron la mirada -¿padre?, ¿kenta-san?- Fugaku vio a su hijo y pareja llegar, sonrió al ver a los pequeños -ven aquí princesa -la pelirroja se hizo bolitas en su pecho- Mikoto te espera Naruto, déjame hablar con Itachi un momento -el menor vio a su pareja, asintió con tranquilidad -¿me das los pañales?- Itachi asintió levantando la pañalera- toma cariño, ahora los alcanzo -Naruto asintió con calma.
Itachi veía a su padre con seriedad- ¿sucede algo?- Fugaku asintió- Izumi está desaparecida hijo, ¿tal vez pudo buscarte?- el heredero con tranquilidad negó -la última vez que la vi fue en la boda, no quiero problemas, no quiero que malinterprete Naruto alguna relación con Izumi, ¿tal vez con sus amigas o su equipo?- kenta negó -desde su divorcio sus amigas se alejaron, ya saben, la clínica psiquiátrica, su equipo tiene días sin verla, últimamente no entrenaba con ellos- Fugaku negó con cansancio -la buscaremos, enviaré al equipo que te comenté, solicitaré al Hokage un equipo de rastreo- kenta asintió agradecido, salió del lugar. Fugaku abrazó de lado a su hijo- terrible lo que pasa con esta chica, gracias a kami te alejaste a tiempo, debo reconocer que todo eso fue mi culpa, debí evaluarla mejor -Itachi sonrió amable- eso quedó atrás padre, gracias por siempre apoyarme- ambos entraron con calma entre conversaciones y temas de irrelevancia.
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Caminar a tu lado (Itanaru)
RomanceEl anciano se sentía presionado -maldita sea -murmuró suavemente, se giró hacia el Uzumaki-lamento todo esto Naruto, no me dejaste más opción, sabes mejor que nadie que te aprecio -el rubio levantó su mirada gris resignada, sin esperanza, escuchaba...