4⎟✶ Señora Volsoyosky

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Cuando fui arrestada por SSAM tras apuñalar a Dante, me di cuenta que la única manera de quitar las cadenas que impusieron sobre mis tobillos era volviéndome una de ellos. No tuve otra opción que convertirme en agente y seguir las órdenes del capitán. Porque no era una rehén pero tampoco una víctima.

Así que obedecer era sencillo, solía hacerlo bien para los Kasper. Pero no ahora. No con esto.

—¿Qué cosa dice?

El agente Riv frunce su bigote de anciano mientras se acomoda en el asiento de la sala de juntas. Destila un aroma a café y crema para peinar. La desastrosa emboscada fue hace dos horas, el capitán Ascian convocó una reunión de emergencia para discutirlo y analizar la estrategia bajo la que opera Volsyosky.

O al menos, la que ellos creen.

Los demás parecen desconcertados por lo que he dicho. En especial la inspectora Ugine, que frunce el ceño con severidad y se cruza de brazos, su atuendo oscuro y sin color le da realce a su mirada fúnebre. Es una mujer cegada por el rencor.

—¿Puede repetir lo que acaba de sugerir? —presiona Rev.

Es un anciano ermitaño que actúa como consejero y jefe en estrategias de ataques. Algunos dicen que en su tiempo atrapó a muchos criminales importantes y aunque planea retirarse pronto, me sigue pareciendo un grano en el culo.

—Dante no provocó el ataque del bar, eso es lo que dije, señor.

Un silencio sepulcral, me miran con tanta intensidad como si esperaran volverme loca, tal vez lo consigan.

—¿Entiende que lo que está haciendo es defender a un criminal sin fundamento alguno?

—No, estoy exponiendo una postura en base a mi raciocinio.

—Sabemos quién eres y por qué lo defiendes —se queja alguien de entre la multitud.

—Basta. —El agente Rev levanta una mano para callar los murmullos inquietos de los otros y vuelve a mirarme—. ¿Tiene pruebas de lo que está diciendo?

—Primero quisiera hacerle una pregunta a la inspectora Ugine. ¿Cómo sabía del tatuaje en la muñeca de ese hombre?

—¿Disculpa?

—Esta es la segunda vez en casi un año que supuestamente tenemos un enfrentamiento con la organización de Dante. Pero sabía exactamente en donde buscar.

—¿Y eso qué? Espero que esta falta de respeto no esté siento intencional, agente Kasper.

—Revisé el informe del ataque con bombas. —El agente Rev me mira con escepticismo—. Los hombres del campamento no tenían tatuajes en las muñecas y pertenecían a la organización de Dante. Además, si observan a los mismos hombres que capturamos esta noche, la tinta es brillante y algunos incluso presentan inflamación. Son tatuajes recientes.

—¿Y eso qué tiene que ver con que no se trate de un atentado de ese hombre? —intervente Ascian—. Podría ser un nuevo protocolo, las tradiciones de la mafia varían según la familia.

—No. Yo estuve ahí, conviví con esos hombres. Jamás vi un tatuaje o...

—Y tienes el descaro de decirnos que vivías rodeada de ellos. —La inspectora Ugine impacta ambas manos contra la mesa y se pone de pie—. Incluso te refieres a él por su nombre de pila y estás aquí, quedando en ridículo para defenderlo. Ahora seré yo quien te pregunte algo, ¿en quién está tu lealtad, agente?

—No he terminado. La prueba son las botas, las suelas de todos los zapatos que llevaban esos hombres.

—¿A qué se refiere?

Legado maldito [2.0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora