15⎟✶ La cacería

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Nicoletta

Miro el mensaje que acaba de entrar, iluminando la pantalla y dejándome una sensación fría contra el estómago.

¿Todo está bien?

Sí.

¿Ya se lo dijo a su esposo?

No, todavía no. Pero lo haré pronto.

Dante entra a la habitación, sobresaltándome. Me apresuro a guardar el teléfono y le doy una sonrisa avergonzada, un poco acalorada por todo lo que sucedió anoche. Lynette me ha traído ya la ropa y los accesorios que usaré para la cacería. Lo mejor será salir sin que los mismos hombres de Dante me puedan reconocer.

—¿Mi esposa durmió bien?

Intenta rodearme por la cintura, pero me aparto con una sonrisa arrogante y me limito a plantarle un beso desprevenido sobre la mejilla. Esta vez voy a vengarme por lo de anoche, seré yo quien lo castigue ahora.

—Nada de besos ni coquetos. Tenemos que estar concentrados en lo que sucederá hoy, solo en eso y nada más.

—¿Y qué te hace pensar que no puedo concentrarme en ti y en lo de hoy al mismo tiempo?

Lo miro con los ojos entrecerrados, sabe que no voy a ceder, suelta un suspiro pero asiente con la cabeza.

—Bien, pero apenas volvamos, retomaremos las cosas donde las dejamos. No vas a escaparte después de lo que fue anoche.

—No pretendía escapar.

Sonrío, él también. Ahora soy yo la que rodea su cuello con cierta agresividad, sus manos no dudan en ir a mi trasero y pegarme a él, entierra la cara contra el hueco de mi clavícula mientras lo escucho susurrar.

—Ver esos siete lunares entre tus pechos me ayudó a dormir mejor.

El calor invade mi rostro, pero él continúa sonriendo contra mi cuello.

—Dame un último beso por hoy y no molestaré más.

No me opongo cuando sujeta mi cuello y me atrae hacia él, sus labios se mueven con fuerza, sometiendo cada parte de mí hasta casi dejarme ebria.

—Por favor... —Su otra mano cosquillea en mi cintura—. No vuelvas a alejarte nunca más de mí.

Pienso en el mensaje, no se siente bien ocultarte esto todavía. Después de todo, si quiero quedarme a su lado debo decirle la verdad... Pero lo haré al volver, si lo hiciera ahora mismo no podría concentrarse en la cacería y además, no sé cuál será su reacción cuando lo sepa.

Quizás esta vez consiga que de verdad me odie.

***

Hay un par de cosas que Dante me explica de camino a la frontera, donde se encuentra ubicado el terreno que Alenko presta para la caería. Al parecer, hace esto cada año, una semana antes de su cumpleaños, para asegurar invitados y empezar su celebración.

—Aunque no suelo ir casi nunca —me dice mientras mira por la ventana del auto—. De niño fui obligado por Davide a asistir algunas veces. No era agradable.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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Legado maldito [2.0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora