1⎟✶ Nuevas cadenas

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Nicoletta.
Octubre.

***

—Entonces... ¿Está muerto?

—No, solo está jugando a ser la bella durmiente.

Jolie patea con la orilla de su zapato el cuerpo. Se gira a mirarme con los labios apretados mientras guarda su arma en la hebilla del cinturón. Estamos en medio de la naturaleza y la humedad de las hojas me reseca la nariz.

—Qué encantadora, ¿te has pensado ser comediante?

Observo las diminutas partículas que flotan en el aire, una de ellas cae entre mis dedos mientras se convierte en polvo. Quito la sensación arenosa sacudiendo las manos.

—Ceniza. Ya estamos cerca.

Ignoro su parloteo mientras aparto los arbustos a nuestro alrededor, el suelo está caliente e inestable. El sudor entre los pechos me pega la camiseta al cuerpo y las suelas de mis botas van cubiertas de barro desde hace dos kilómetros.

—Tres meses siendo tu compañera y aún me dejas atrás. —La escucho bufar—. ¿No sabes trabajar en equipo?

—No, ni me interesa.

—Pues eso no te hará una buena policía.

—No soy policía. Ya te lo he dicho varias veces.

—Llevas un arma y trabajas para SSAM. Para mí lo eres.

Observo a la pelirroja con una mueca de desagrado, esperando que se calle, pero jamás parece entender una indirecta y continua ensimismada mientras descendemos por la orilla de la cascada. El cielo azulado contrasta con el agua cristalina provocando que mi mente traicionera viaje a un recuerdo antiguo, de mi cumpleaños mientras nadaba en el lago con él.

Aparto la sensación amarga de entre mis labios haciendo crujir las hojas bajo mis suelas. Desde aquí comienzo a ver el humo de donde proviene la ceniza. Es un campamento a mitad del bosque. Decenas de tiendas que se mezclan con el verde del césped están apiladas en hileras, camionetas de llantas gruesas y hombres armados que van de un lado a otro.

—¡Y atrapas criminales, sigues el camino del bien!

—Soy una civil que colabora con la policía, es algo muy distinto. No tengo una placa.

Sin mencionar que seguir el camino del bien es la última de mis prioridades, pero evito mencionarlo. La pelirroja se detiene y se sujeta de un árbol, parece que le cuesta respirar mientras saca su inhalador del bolsillo.

—Si ser policía no te mata, lo hará el asma.

—¿Siempre has sido así de dulce con las personas?

Continúo caminando por entre los árboles cuando un crujido se convierte en mi alarma, paseo la mirada por entre el verde de los árboles que forman un enjambre frondoso, a la espera de una posible amenaza y llevo mi mano a la punta de mi arma en el pantalón. Estos meses me he acostumbrado a ser más paranoica de lo normal.

—¿Sabes? Creo que a tu manera en realidad me quieres. Además, soy la única dentro de SSAM a la que le agradas de verdad, quizás porque soy la nueva y llegué hace solo unos meses. No sé bien lo que pasó en febrero, pero todos hablan de eso y de ti.

Legado maldito [2.0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora