ᑕᗩᑭITᑌᒪO 2

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Los siguientes días no hice más que quedarme en pijama y concentrarme en terminar mis escritos. Llame al trabajo y les dije que tenia gripe. Me dijeron que me tome el resto de la semana libre, lo cual era algo con lo que no tenía problemas. Estaba asustada de no poder costearlo, pero necesitaba terminar de escribir y llevarlos a la revista. No habría sido buena compañía para nadie, de todos modos.

Preparé mi tercera taza de café del día y revise mi teléfono para ver si tenia algún mensaje. Alejandro no había hecho ningún intento de ponerse en contacto conmigo desde que se fue.

 ¿Cómo una persona sólo olvida a alguien después de estar con ella por cuatro años?

Idiota...

 Un incendio se agito en mi interior. Mi sangre hervía con sólo pensarlo. La forma en la que veía las cosas tenia dos opciones; podía sentarme en mi pequeño departamento y dejar que mi vida se extinga, o podía tragarme lo que paso y salir al mundo y vivir. Opte por salir y vivir. No estaba lista para morir aun, habían muchas cosas que quería hacer.

Frenéticamente limpie mi apartamento, el cual tenia sin limpiar mucho tiempo, y estaba avergonzada de que lo deje así. Tome una bolsa de basura y comencé a lanzar todo lo que me recordaba a Ale. Estaba determinada a librar este apartamento de cualquier rostro de el. Para el momento en que había terminado, mi pequeño hogar estaba prácticamente vacío. Los estantes del librero que albergaban fotografías mías y el ahora estaban vacíos recordándome también el vacío que sentía en mi corazón.

Finalmente me duche y me quede frente al espejo del baño, levante la mano y limpie el vapor de agua que se formo sobre el. Me mire por primera vez en días. Mis ojos de color verde esmeralda, los que Ale solía decirme que le recordaba a la primavera, se veían cansados con bolsas que se formaban debajo de ellos. Pase un cepillo sobre mi cabello, y luego puse espuma a través de él, para que se secara en ondas. Me maquille un poco para tratar de ocultar el hecho de que eh estado deprimida y encerrada en mi departamento por una semana. Me puse mis jeans favoritos y me sorprendí de que me quedaban holgados en los lugares en los que nunca lo habían estado antes. Mi metro setenta y talla de ropa parecían haber disminuido un poco desde la ruptura. Fui a través de mi armario por mi blusa rosa favorita. Una vez que estaba lista, tome una respiración profunda y llame un taxi. Era hora de salir al mundo y comenzar mi vida de nuevo.

Juan estaciono su taxi amarillo junto a la acera de mi apartamento cuando salía.

-Hola Alma.

-Hola Juan, –le sonreí.

Juan era mi taxista favorito, y lo conozco desde que me mude al D.F. Cuando llamo a un taxi, siempre pido a Juan, algunas veces está disponible y otras veces no lo está. Mide un metro setenta y siete y tiene un cuerpo musculoso. Siempre lleva su cabello negro en una cola de caballo, y sus ojos de color marrón siempre brillan cuando le pregunto sobre sus hijos. El era un hombre de familia y una de las mejores personas que he conocido. Su taxi fue el que nos recogió a Alejandro y a mi la primera vez que llegamos a la ciudad. 

-¿Cómo está Alejandro, Alma?

-Alejandro se mudo hace una semana, Juan –suspire. La expresión en su cara era de compasión.

-Lo siento mucho, Alma, ¿estás bien? –Lo mire, y una sonrisa suave vino a mis labios.

-Estoy bien. Era un desastre la semana pasada, pero ahora me estoy adaptando. -

¿Pero realmente lo estaba haciendo?

Se estaciono al lado de la revista, Le pague la tarifa y le agradecí su ayuda.

-Si necesitas algo, llámame, Alma y lo digo enserio –me señalo mientras entraba en su taxi y lentamente se alejaba.

Annie me vio desde la ventana y vino a ayudarme. Llamo al propietario, y le dijo que yo había llegado. Él vino de su oficina y me beso en ambas mejillas.

-Ah, déjame ver lo que tienes allí, Alma –dijo mientras tomaba las hojas una por una.

-wow, Alma, esto es excelente. Estoy seguro de que a muchos les gustará también-.

Me sentí un poco avergonzada porque esta era la primera vez que iba a mostrar mi trabajo al mundo. Me guio una pequeña oficina que estaba vacía.

-Aquí es donde lo que escribas cobrará vida.  –Le agradecí y tan pronto como se alejo, Annie comenzó a saltar haciendo palmas.

-Salgamos y celebremos esta noche –chillo.

Salir era la última cosa en mi cabeza. No estaba lista para hacer de chica soltera, saliendo de noche, pero Annie era persistente, y sabía que no tenía oportunidad contra ella. así que, acepte con inseguridad.

Salí de la galería y comencé a caminar por la calle. Busque a través de mi bolso grande para encontrar mi teléfono que sonaba. Lo tome y mire el numero familiar que encontró su camino hacia mi teléfono un poco demasiado tarde. Presione ignorar y decidí caminar las seis cuadras a casa. No paso mucho tiempo antes de que una alerta de un nuevo correo de voz se iluminara en mi teléfono. Para el momento que llegue a casa, estaba agotada. Lance mis llaves y bolso en la mesa junto a la puerta y escuche el mensaje que permanecía fastidiosamente en la pantalla.

-Hola Alma, es el Dr. Tabub llamando. Note que has cancelado las ultimas dos citas desde nuestra ultima visita. Quiero asegurarme de que todavía vas a venir a verme. Es vital que hablemos sobre esto. Puedo ayudarte, Alma. Por favor, llama a mi oficina para hacer una cita lo antes posible. –Rodé mis ojos y negué con la cabeza mientras presionaba el botón de borrar.

Entre en la habitación y decidí acortarme por un rato mientras las seis cuadras hacían efecto en mi. Sólo había dormido cerca de una hora cuando me desperté con el sonido de mi teléfono.


Continuara...


𝍖𝍖𝍖 𝚂𝚘𝚕𝚘 𝚝𝚞 𝍖𝍖𝍖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora