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POV Wanda

Suena el timbre indicando la hora la hora de salida y salgo rápidamente del aula para ir al estacionamiento. Llego y encuentro a la maestra Romanoff abriendo la puerta de su auto.

—Que rápido salió —le digo bromeando

—pues tú también

Entramos al auto y ella enciende el motor, el trayecto fue silencioso pero cómodo. Llegamos y bajamos del auto, dejó mis cosas en la mesa de la sala y la sigo a la cocina.

—¿Te gusta la pasta? —pregunta mientras saca unos ingredientes de la refrigeradora.

—Me encanta la pasta y de hecho es el único platillo que puedo preparar

Ella sonríe y comienza a preparar la pasta bajo mi mirada, es imposible quitar mi mirada de ella.

—¿Que me ves? —sonríe —Mejor ayúdame en vez de estarme viendo —no puedo evitar sonrojarme.

Me acerco para ayudar y ella va por un vaso con agua, no me percato que ella viene hacia mi y chocamos haciendo que nos empapemos de agua nuestras camisas.

—Lo siento mucho —Dios trágame por favor. La moje toda, eso no sonó bien —Lo siento enserio, no la vi venir.

—No te preocupes,Wanda —Puedo notar como su blusa se pega a su pecho —Fue un accidente, tu también te mojaste

—Sí, lo hice —Digo apartando mi vista de sus pechos.

—Ven —Toma de mi mano para guiarme hacia las escaleras —Tenemos que cambiarnos, no quiero que tengas un resfriado.

Llegamos a su habitación y me sienta en su cama mientras ella va hacia su closet. Ella regresa con dos camisas y se pone enfrente de mi.

—Toma —Me extiende una camisa —Creo que es de tu talla.

—Gracias —La agarró y veo como ella se aleja un poco, se pone de espaldas y se quita su camisa. Puedo ver la parte trasera de su brasier y su espalda semi desnuda. Esta mujer quiere matarme. Se pone su camisa y se voltea.

—Ponte la camisa, te vas a resfriar —Ella ve que no me muevo y solo la observo entonces de acerca —Levanta las manos.

—¿Que?

Ella agarra mi camisa, me la quita y la tira al piso, toma la que me dio y se hacerca para ponérmela, pero resbala con la misma camisa que tiro cayendo encima de mi haciendo que me acueste en la cama con ella encima. Me quedo atónita, ella está encima de mi tomándome por mis hombros viendo mis pechos con la misma expresión que seguramente tengo yo. Dios mío! Puedo sentir su pecho contra el mío! Necesito una ducha fría.

Recobra la compostura y se aleja lentamente tomándome de la mano para reincorporarme y me pone la camisa.

—Terminemos de cocinar —Sale de la habitación de lo más normal dejándome más caliente que el infierno.

Regreso a su lado y ella parece olvidar  el incidente, terminamos de cocinar y vamos a la sala para comer.

—¿Te gusta como quedo? —Pregunta al verme dar el primer bocado y yo asiento.

—Está delicioso, usted cocina delicioso —Se sonroja y sonríe.

—No es para tanto.

—Por favor, es una excelente cocinera  —Se sonroja aún más e intenta esconder su rostro.

—Siempre me haces sonrojar —Añade

—Por que se ve linda así —Digo sin pensar.

—¿Crees que soy linda? —Pregunta y me quedo observándola un momento antes de contestar.

—Usted es preciosa —Digo viéndola a los ojos y ella me ve de una manera que no puedo descifrar —también inteligente y una gran cocinera —Digo provocándole una pequeña risita.

Se nos pasa el tiempo hablando de cosas que nos triviales.

—¿Que hora es? —pregunta y yo agarro mi tie lego o para contestar y veo que tengo 7 llamadas perdidas de Pietro.

MIERDA! SON LAS CINCO!

Olvide por completo que hoy venia papá. Puta, Peter me va a matar.

—Tengo que hacer una llamada —Me levanto y voy hacia el baño para llamar a Pietro.

—Wanda! ¿Donde estas? Peter está furioso, el vuelo de papá aterriza a las cinco y veinte.

—¿Están en el aeropuerto?

—Pues si, estamos esperándolo.

—Voy para allá, dile a Peter que voy para allá.

—¿Donde estas?

—En casa de la maestra Romanoff.

—Wanda —Dice mi nombre de manera pícara —¿Ya le viste ahí?

—Pietro!! Cállate!! Claro que no —Me sonrojo y el se ríe estruendosamente.

—Apúrate, Wanda. Ven antes de que venga papá. Peter se va a enojar enserio contigo si no vienes.

—Allá nos vemos —Cuelgo y salgo del baño.

Llego a la sala y veo a la maestra Romanoff levantarse cuando me ve.

—¿Wanda? ¿Estas bien?

—Si —Contestó rápidamente —Tengo que irme —Camino hacia mis cosas para tomarlas.

—Oh, está bien —Me sigue —Te iré a dejar.

—No voy a mi casa —Le digo.

—¿A donde vas?

—Al aeropuerto.

—Te iré a dejar allá, no te preocupes.

—Gracias —Le sonrió cálidamente.

Salimos de su casa y me pregunta que voy hacer en el aeropuerto. Le cuento que olvide que papá venia hoy y ella escucha atentamente.

—¿A que hora estaría aquí? —Pregunta y veo la hora.

—En trece minutos aterriza su avión —Contestó.

Ella acelera y llegamos al aeropuerto a los pocos minutos.

—Muchísimas gracias, maestra Romanoff —Le agradezco quitándome el cinturón de seguridad.

—Es un placer, Wanda —Sonríe y muerde su labio inferior.

—Nos vemos mañana —Digo saliendo de carro.

—Te veo mañana —Cierro y nos damos una ultima sonrisa y ella se va.

Corro por el aeropuerto buscando a Peter y a Pietro, los veo y llego a su lado justo a las cinco y veinte. Justo a tiempo.

—Aquí estás —Dice Peter con un tono enojado —¿Donde estabas? ¿te dije que papá venia hoy? ¿Lo olvidaste, cierto? —Peter me bombardea con sus preguntas.

—Estaba en la biblioteca, tengo un enorme trabajo que hacer, solo se me pasó el tiempo —Miento —Pero aquí estoy.

El me ve con el ceño fruncido no muy convencido.

—Menos mal aquí estás —dice calmándose —Si no hubieses venido no te lo perdonaría.

—Ya, está bien —me acerco para abrazarlo —Aquí estoy.

—Quiero que estes con papá el tiempo que se quede —Me abraza —El te ama, Wanda. Y si siente tu ausencia.

Me quedo en silencio abrazada a él. A lo largo veo a papá venir hacia acá. Serán unos largos dias.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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