Un Amor Para Siempre, (Wakasa Imaushi)

Capitulo: 79.

«Un reencuentro»
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Es hoy!, Es hoy!... Era el grandioso día de conocer a mi padre, hablar con él y quisas soltar una lágrima o quisas no, decidí usar un vestido tipo overol color café, con una blusa blanca abajo, me puse unos zapatos cafés, y dejé suelto mi cabello, me sentía como una dulce niña... Estaba nerviosa y quisas asustada, quedamos en vernos en un restaurante, bajé del auto que Hanma me había prestado, conseguí mi licencia de conducir y ahora soy una experta en el volante, o eso es lo que quiero creer

Manjiro tuvo trabajo hasta tarde y no pudo llegar conmigo, aunque comento que haría lo posible para llegar a tiempo a la cena y acompañarme, no se que me espera y tan solo espero sobrevivir antes de que Manjiro llegue a mi rescate

– hola – me acerque al joven chico que estaba en la puerta

– ¿Tiene reservación? – pregunto mirando su tablet

– bueno... – quise hablar pero fui interrumpida

– pero miren que trajo el viento – hablo Kimura 

¡No puede ser!

– ¿Que haces aquí? – pregunte

– veré a mi padre, ¿Y tú? –

– igual – respondí

– así que el viejo nos citó a ambas, de a verlo sabido no hubiera venido – comento

– aún puedes irte – propuse

– lo decidiré cuando lo vea – respondió rodeando los ojos

– entonces... ¿Tienen reservación señoritas? – pregunto de nuevo el joven

– Ivannov – mencionamos

– por supuesto – nos miro y sonrió ampliamente – por acá por favor – empezo a caminar

Hice una ceña con mi mano para que pasara primero mi hermana, quise ser cortes con ella, Kimura sonrió y camino de tras del joven, yo los seguí, observé él lugar, ya conocía él restaurante, Wakasa solia traerme en mis cumpleaños, adoraba celebrarlo con él, Llegamos a una mesa redonda,

– sus hijas señor – hablo él joven

Me sorprendi al ver aquel hombre, no recordaba a mi padre, quizás se debía a que se marchó cuando yo era muy pequeña, pero al parecer era alto, con barba blanca, un corte de cabello muy al estilo soldado, vestía elegante y parecía tener un buen trabajo por la elegancia que portaba

– valla... Como han crecido – hablo con una sonrisa de alegría

– hola – saludamos ambas, no sabía si saludarlo con la mano o darle un abrazo o solo tomar asiento

– quiero presentarles a mi esposa Samantha – nos dijo

Mire a la esposa, era una mujer joven de cabello rojizo, ojos azules y traía un hermoso vestido verde largo ajustado, se veía muy guapa y elegante y por sus facciones de rostro era extranjera, ella se levantó de su asiento para saludarnos