Lucifer esta enamorado

25 Lucifer

Emma de levantó por la mañana, mirando de un lado a otro desconcertada, había perdido toda la mañana y no encontraba a Payki por ningún rincón del pequeño departamento.

Lo único que había encontrado era el suéter gris de un hombre con un olor a perfume hipnotizador, había registrado todo el lugar, mientras buscaba su teléfono y la cartera.

Olisqueó repetidas veces el suéter, embelesada y lo colocado sobre la cama buscando alguna etiqueta.

Mancha ladro y se metió bajo la cama de Emma.

— ¿Mancha qué haces?—Pregunto abrumada al dar un vistazo bajo la cama.

Le preocupaba haber salido con algún hombre y ser drogada.

Se aventuró a sacar una mancha del arte de abajo de la cama que nunca revisaba y terminaba encontrando un teléfono, que no era el suyo.

Sus ojos se abrieron llenos de sorpresa, mientras hurgaba en el mismo, el cual era costoso y tenía un color dorado particular.

«¿Un iPhone?» Se preguntó desconcertada.

Había perdido la mañana del sábado, le dolía el pecho y no lograba entender porque.

Encendió el teléfono el cual se desbloqueó con su huella y al investigar arduamente en su interior, termino por percatarse que cada parte del mismo ataba bloqueada.

— ¿De dónde salió este teléfono?—Abrumada.

No entienda que pasaba, se levantó a seguir buscando a Payki teniendo esperanzas de que estuviera bien escondido en algún rincón del departamento.

El cachorro la seguía jugando, al zigzaguear entre sus peinas.

—Payki—Susurro al percatarse de que no había ni rastro de él, como si nunca hubiera existido.

Encontró su teléfono y la cartera sobre la mesa del recibidor.

El teléfono sonó, pero no era el suyo, sino el que había encontrado recientemente.

Mensaje se Lucifer: *¿Quieres salir conmigo esta noche?*.

«¡¿Lucifer?!» Pensó arqueo una ceja y llena de preocupación se dirigió a buscar el suéter que había estado oliendo.

Lo reviso de un lado a otro y de arriba a bajo hasta poder darse cuenta de que en una pequeña etiqueta tenía un nombre grabado en el interior.

Ciudad de México.

— ¡Ay por dios! ¡¿Acaso cogí con este hombre anoche?!—Exclamo entre gritos.

Se tocó el cuerpo y luego indagó en su parte íntima, parecía que no había tenido ningún tipo de contacto físico.

—Armare una escena, es posible que me haya invitado a salir, luego fuimos a comer tal vez y de repente tome de más, el me dio su suéter por el frío y luego...—Camino de un lado al otro en la habitación sacando conjeturas adrede— ¿Entonces, de dónde salió ese teléfono tan costoso? ¿Ha donde se fue Payki o era una ilusión? ¿Acaso me estoy volviendo loca?—Pregunto paranoica al sentarse en la cama y empezar a revisar su teléfono.

Había fotos de Payki comiendo y alguna de él con manchas, ella recordó claramente que todos en el departamento le habían preguntado quién era el niño y ella solo decía que era su primo. Pero ella no tenía más familia, hasta donde sabía.

Suspiro.

Su corazón latía rápidamente y se sentía llena de ansiedad, nunca había tenido ningún problema con su memoria.

—Tal vez tengo Alzheimer—Susurro preocupada. —Debo ir con un especialista, esto no es normal—Decidida.

Emma quedó inconsciente de la nada y en esa instancia apareció Adele, intercambió su lugar principal y se preparó ella para poder existir, descubrió su cabello rosado y comenzó a intentar calmarse.