27 Lucifer

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Camino de un lado a otro en la habitación.

— ¿Cómo que no te dejan ver más allá?—Pregunto exasperada al mirar a Dayana.

La chica bajo la cabeza y cerró los ojos esperando que esa extraña advertencia detuviera a Lilith de dirigirse al infierno.

—Mi señora, ni Mística ni yo hemos podido entrar en esa mansión, solo puede pasar con una invitación—Le explico desesperada.

Lilith soltó un berrido y se vistió rápidamente. Cruzaría un espejo porque su envidia era desmesurada y el deseo de conocer la verdad de lo que le ocultaba Lucifer se hacía cada vez más evidente.

La chica de cabellos pintados de verde y alborotado miró preocupada a Dayana y sujeto su mano, sabía que la chica a la cual Lilith le había encomendado la peligrosa tarea había fracasado y muy pronto recibiría un terrible castigo.

Leviatán controlaba los reflejos al igual que los yeguas, la princesa de la envidia uno de los integrantes más poderosos en el infierno, tenía convenios con varios demonios a los cuales les cobraba con un sacrificio anual.

Lilith podía ir a donde quisiera menos a donde Sorath y Lucifer se lo prohibieran, pero ni siquiera Dios había podido detenerla de salir del Paraíso como para que algún demonio lo hiciera, pero el amor que sentía hacia Lucifer la obligaba a rendirle admiración, pues no Había anhelo más grande en su corazón que el amor de él regresada y por fin fuera correspondida.

Mientras caminaba por los pasillos del reflejo del limbo para poder salir en el infierno, se percató de los estruendos en el exterior, solo se encontró en una grieta del mundo cuando en realidad podría estar en la superficie del camino principal, pero sin poder abrir un portal, solo podía esperar la ayuda de una princesa cómo Leviatán.

«Si no tengo cuidado me terminara quitando toda la belleza» Pensó al terminar de cruzar el portal y terminar en la habitación lúgubre de Satán.

El convenio de Leviatán quitaba a cambio de sus portales espejos una parte de la belleza de quién lo cruzará, mientras más tiempo se tardará en pasar la fealdad empezaba a apoderarse del mismo cuerpo.

Lilith estaba consciente de ello y aunque podía recuperarse podría tardar décadas en volver hacer tan bella como lo era en ese momento si no tenía cuidado.

La mujer miró de un lado a otro buscando al demonio de aspecto rojizo y cuerpo de acero, había pieles secas sobre las paredes y la cama parecía de paja, era un sitio indigno de un príncipe, pero la ira no le permitía ver más allá de Ese lugar oscuro, lleno de suciedad y con paredes agredidas por sus inmensas garras.

—Satán—Murmuro la mujer al despojarse poco a poco de sus prendas.

El demonio reposaba metido dentro de la paja en su cama, conforme la mujer se acercaba a él, un sentimiento colérico se arremolinaba en su pecho y nuevamente el monstruo salía al exterior, se levantó con ferocidad contra la hermosa mujer desnuda tras él y rugió como un dragón enojado al entrar sin invitación a su cueva.

Lilith sintió el fuego abrazador que provenía de su boca y se deleitó entre las llamas, se acercó a él que se había mostrado como un mortal frente a ella y acaricio su cabello castaño que empezaba a pintarse de negro azabache, realizaba un lento movimiento sobre su cabeza esperando poder aplacar toda esa molestia.

El hermoso hombre la miró poco impresionado y entre bramidos, empezó poco a poco a calmarse, sonriendo lascivo al mirar la ofrenda que deseaba ofrecerle la hermosa mujer pues había estado solo durante siglos sin poder usurpar un cuerpo femenino como el de ella.

—Satán—Susurro lo mujer con dulzura al mirarlo a los ojos color miel y sentir como este la cargaba y colocaba sobre él.

El miembro del príncipe estaba endurecido y anhelaba sentir los fluidos corporales de su intimidad con desesperación, Lilith se mordió un labio su se posicionó sobre él, mientras el fuego a su alrededor acababa con la peculiar habitación.

Lucifer esta enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora