CHAPTER 15

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JUNGWON

Volvía de estar con unos amigos, cuando vi a Taeri sentada sola. Parecía asustada, con los ojos buscando algo o alguien entre la multitud. Suspiré y me acerqué, tratando de ocultar la preocupación que comenzaba a crecer en mi pecho.

—¿Por qué estás sola, Taeri? —pregunté, tratando de sonar casual, aunque la expresión en su rostro me inquietaba.

Ella me miró y suspiró antes de responder.

—Sunoo se fue con Sunghoon para ayudarlo con Ni-ki. Está... está ebrio —dijo, su voz un poco temblorosa.

Asentí y luego miré alrededor, notando lo tarde que se había hecho.

—Vamos, te llevo a tu casa. Ya es muy tarde para seguir aquí —le propuse, esperando que aceptara sin más.

Pero Taeri sacudió la cabeza.

—No... estoy esperando a Heeseung —respondió, y vi cómo sus manos se entrelazaban nerviosas.

Solté un suspiro, no queriendo complicar más las cosas pero sabiendo que no podía dejarla ahí sola.

—Taeri, Heeseung está ocupado —dije con un tono más serio.

—Lo esperaré —insistió, con un leve temblor en su voz. La mirada decidida en sus ojos solo hizo que me doliera más lo que iba a decirle.

—Taeri... Heeseung está con una chica en una habitación —dejé caer la verdad, y vi cómo su expresión cambió por completo. Sus ojos se abrieron de golpe y luego se llenaron de lágrimas.

—¿Con Karina? —preguntó, su voz apenas un susurro.

Negué despacio.

—No... con otra chica.

La vi desmoronarse, aunque trataba de mantenerse firme. Sin pensarlo mucho, la tomé suavemente del brazo y la llevé afuera. No iba a dejarla ahí, esperando en vano y sintiéndose rota.

Subimos a mi auto en silencio, y mientras conducía, podía escuchar sus sollozos ahogados. No sabía qué decir, y esa impotencia me carcomía. Finalmente, junté el valor para hablar.

—Taeri... Heeseung es así. Lo sabes, ¿no? —pregunté con voz suave, esperando que no empeorara las cosas.

Ella no respondió, simplemente miraba al vacío con lágrimas cayendo por sus mejillas. Suspiré y, tras unos segundos de silencio, le pregunté.

—¿Has estado tomando tus medicinas?

Vi cómo cerraba los ojos con fuerza, tratando de contener el llanto, pero no obtuve respuesta.



Cuando llegamos a la casa de Taeri, apagué el auto y me giré hacia ella. Todavía tenía los ojos enrojecidos y las lágrimas secándose en sus mejillas. Me dolía verla así.

—Te acompaño adentro —dije, abriendo mi puerta para salir.

—No, Jungwon. Puedo sola —respondió rápidamente con su voz rota.

La miré, negando con la cabeza.

—No. Además, tengo que hablar con Yoongi sobre el negocio —agregué, sabiendo que era la única manera de entrar sin que discutiera más.

Taeri me miró confundida y murmuró. —¿Tú también estás metido en eso?

Solté un suspiro y negué, tratando de que entendiera sin que sonara mal.

—No, solo lo ayudo de vez en cuando. Le debo mucho a Yoongi... ayudó a mi familia en un momento difícil, y me siento en deuda con él.

Antes de que pudiera protestar de nuevo, salí del auto, rodeé el vehículo y le abrí la puerta. La ayudé a bajar, y aunque ella se resistía un poco, no dijo nada. Sus ojos todavía brillaban con lágrimas, y por un momento, quise volver al lugar y gritarle a Heeseung por hacerle esto.

𝙎𝘼𝙑𝙀 𝙈𝙀|| 𝙇𝙀𝙀 𝙃𝙀𝙀𝙎𝙀𝙐𝙉𝙂"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora