CHAPTER 17

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— TAERI

El domingo por la mañana, los primeros rayos de sol se colaban por las cortinas de mi cuarto, iluminando todo de una manera que, en otro momento, me habría dado algo de paz. Pero hoy, nada. Seguía acostada, mirando el techo, perdida en mis pensamientos, hasta que la puerta se abrió despacio.

Era Yoongi, mi hermano mayor, trayendo una bandeja con comida. Se acercó y se sentó al borde de mi cama, con esa mirada de preocupación y frustración que ya conocía demasiado bien.

—Taeri, por favor, come algo —dijo, casi suplicando.

Aparté la mirada y respondí en un susurro —No tengo hambre.

Suspiró fuerte, con un peso que casi se podía ver en sus hombros.

—No puedo creer que estés así por él —dijo, intentando sonar calmado, aunque había un toque de enojo en su voz.

No dije nada. ¿Qué podía decir? Ni yo misma entendía por qué dolía tanto. Yoongi dejó la bandeja en mi escritorio y se levantó.

—Te dejo esto aquí, por si te animas más tarde. Tengo que irme al trabajo, pero por favor, no hagas nada que me asuste —me miró una última vez y salió de la habitación, cerrando la puerta suavemente.

Desde primer año, Heeseung siempre había estado ahí, como el centro de todo. El chico al que todos miraban, al que todos seguían. Y yo, en cambio, siempre fui la que pasaba desapercibida, la que lo miraba desde la distancia con un nudo en la garganta. Me enamoré de él sin quererlo, como si fuera inevitable. Me gustaba su risa, la forma en que todo parecía más alegre cuando él estaba cerca.

Lo gracioso es que, por mucho tiempo, ni siquiera parecía notar que existía. Pero eso cambió cuando nos tocó hacer un proyecto juntos. De repente, empezó a hablarme, a saludarme en los pasillos y a preguntarme cómo estaba. Hubo momentos que todavía me daban vueltas en la cabeza, como cuando me ofreció llevarme a casa bajo la lluvia o la vez que me encontré con él y Jake en el supermercado y acabó llevándome a casa. Esos detalles, por pequeños que fueran, me hacían pensar que tal vez, solo tal vez, yo le importaba.

Entonces, Jake me habló de la fiesta. Me dijo que fuera, que estaría Heeseung. Al principio, me negué. Las fiestas no eran mi estilo; me hacían sentir fuera de lugar. Pero después Heeseung me lo pidió, con esa sonrisa que siempre me dejaba sin palabras. Me dijo que pasaría a recogerme y me llevaría de regreso. No pude resistirme.

Esa noche, cuando llegó por mí, sentía que el corazón me iba a estallar. En la fiesta, me llevó de la mano y me presentó a sus amigos. Por primera vez, sentí que estaba donde quería estar. Todo iba bien hasta que Jake se acercó a Heeseung y le dijo algo al oído. Heeseung me miró y dijo: "Vuelvo rápido, quédate con Sunoo".

Esperé. Y esperé. Pero el tiempo pasaba y Sunoo tuvo que irse a ver algo. Me quedé sola, sintiendo cómo la música y las risas me abrumaban. Justo cuando la incomodidad empezaba a ser insoportable, Jungwon apareció con una cara seria.

—¿Sigues esperando a Heeseung? —preguntó, aunque parecía saber la respuesta.

—Sí... dijo que volvería —respondí, apenas reconociendo mi propia voz.

Jungwon desvió la mirada antes de decir lo que me iba a romper.

—Se fue... con otra chica.

Todo a mi alrededor se volvió borroso. El ruido, la luz, todo se apagó de golpe. Y ahí estaba de nuevo, esa tristeza familiar que me aplastaba. No era solo la decepción; era la confirmación de que, por más que lo intentara, siempre me sentiría igual: invisible, insignificante.

𝙎𝘼𝙑𝙀 𝙈𝙀|| 𝙇𝙀𝙀 𝙃𝙀𝙀𝙎𝙀𝙐𝙉𝙂"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora