Yo y mis círculos viciosos

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Hate- Cat Power

(Cadillac-Michigan, 3:00 a.m, Lunes)

~ Jennyfer ~

He vivido en este basurero de pueblo toda mi vida, nací con lujos que nunca me pertenecieron y vivo en constante estado de sobrevivencia.

Los días siempre eran fríos aquí, aunque fuera verano y hubiera sol, siempre había un viento helado entre el pasar de la horas y se mezclaba con el olor a gasolina y a tierra que había en casi toda la ciudad

Las mañanas eran casi siempre iguales, mi madre y mi hermano siempre dormían mientras yo preparaba el día, me gustaba estar sola al igual que me gustaba cocinar, pero siempre hacia más desorden que comida y siempre a la gente le gustaba molestar

La Señora Adams había llegado más temprano que de costumbre, tenia planeado llevar a su esposo a un hospital en Canadá y quedarse con una de sus hijas la cual vivía ahí, era muy amable y cariñosa pero nunca dejaba de hablar, vivía un par de pisos abajo de nosostros y la conocimos al momento de mudarnos aquí y ayudaba con limpiar la casa por un buen salario.

No podíamos costearnos una casa como la de mi infancia, el gobierno se quedo con la mayoría del dinero de mi padre cuando este huyó, pero con el trabajo de mi madre y el mío era suficiente para que al menos pudieramos comer, mantener el trabajo de la señora Adams y vivir en un pequeño departamento cerca de la zona vieja de la ciudad donde todos los meses se va el agua almenos una vez por semana.


Mi madre sabe que trabajo, pero ella piensa que todas las tardes voy a un restaurante de carretera y que divido mi sueldo en dinero para la casa y en dinero para heroína, aunque no es tan alejado de la realidad, yo no trabajo para nadie que ella conozca y no hago las cosas que hago por las razones que ella piensa, hay muchas cosas que no quiero recordar, y aunque me ha mandado por cientos de centros de rehabilitación y a psicólogos bajo sus ordenes, siempre me salgo con la mía, hago promesas pero las rompo a conciencia y al instante, me hago pasar por alguien que no soy solo para hacerla feliz, así que mi madre decidió fingir que yo no estaba muriendo enfrente de sus narices y que de verdad estaba mejorando por mi cuenta.

-Jennifer...- la puerta del baño sonó y se abrió segundos despues, yo estaba sentada en el indoro en ropa interior, esperando que el agua se calentará- ya me voy, acompaña a Victor a la parada- yo hice un sonido de aceptación mientras miraba la ranura por la que ella se asomaba, ella miro mi cuerpo.

-Habló el detective Hatcher- murmuró, fingiendo que no había visto el fantasma de su hija- es muy probable que me llamen para testificar contra el en un nuevo caso de fraude- mi madre habla mucho con la policía y ellos suelen contarle sobre lo que han encontrado de la localización de mi padre, muchas veces no son avances significativos, pero mi madre nunca ha expresado que no le interesa la información, más bien, le tranquiliza saber que es muy probable que siga con vida

- Dejare a los señores Adams en la estación de autobuses, no regresarán hasta el jueves, así que cuidense- murmuró otra vez, cómo intentando que hablara, pero asenti con la cabeza, sin soltar sonido, ella frunció los labios y decidió irse sin decir más, me olvide de ello, me desnudé y me bañe, después de 20 minutos salí y me puse mi ropa y me dirigí a la pequeña cocina donde mi hermano comía lo que yo había preparado


-Buenos días- murmure mientras me sentaba enfrente suyo para empezar a ver unas cosas en mi celular. Aunque yo cocinaba yo no desayunaba, ni comía durante la escuela, con suerte tomaba agua y cenaba, pero mi cuerpo no era delgado, de hecho mis piernas eran muy gruesas al igual que mi cadera, pero mis brazos eran delgados y siempre tenía un bulto en el abdomen, mis dedos, mi piel y mi cabello tenían un subtono gris y siempre estaban resecos y siempre se me rompía la piel cuando nevaba demasiado, dejando marcas en las palmas de las manos y en mis nudillos, sin olvidar las marcas en mis brazos, no era linda pero la gente tiene una confusa atracción hacia mi cuerpo, por eso desde muy joven pude usar mi cuerpo como una herramienta para mi conveniencia, por eso trabajo en esto y soy tan buena en ello, además de que es fácil corromper y romper, enamorar e irse cuando más en el libido el otro está.

𝐀𝐃𝐈𝐂𝐂𝐈Ó𝐍 𝐀 𝐓𝐔 𝐍𝐎𝐌𝐁𝐑𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora