Carolina Jaramillo - ¿Que hice para merecerme olvidada?
{Cadillac-Michigan, 24 de Diciembre, 11:45 p.m. 3 años antes de la actualidad}
Jack's Place era uno de los pocos bares del pueblo que no cerró después de la crisis, pertenecía a un hombre misterioso que vivía en una mansión a las afueras de la cuidad, la mayor parte del dinero que se hacía ahí era de las apuestas clandestinas, de la prostitución y de la droga que se vendía, pero el dueño no parecía importarle, aquel bar no era lo único que poseían de aquel pueblo
Era Noche Buena, los jóvenes de los pueblos cercanos y más pequeños cada fin de semana se atiborran en la entrada para que los dejaran pasar, no había mucho que hacer por ahí y estás vacaciones no eran la excepción. Nevaba, todo el mundo estaba bien abrigado aunque dentro del bar parecía el infierno, nadie quería terminar con neumonía mientras esperában en la calle.
De una esquina salió ella, una niña con cuerpo de mujer, era muy hábil en las artes y también lo era con el maquillaje así que siempre trataba de demostrarlo, sus ojos eran pequeños, como si juzgara todo y sus labios eran gruesos y definidos pero sin color natural alguno, así que casi siempre los ponía de color rojo.
Caminaba hacia el bar con sus tacones en una mano aunque la calle estuviera húmeda y congelada, era alta y no le gustaba mucho la atención, pero su piel era de un oliva oscuro y esto la hacía parecer que no era de aquel lugar; pero aún asi nadie sabía decir de dónde era; así que siempre llamaba la atención.
Nisiquiera se molesto en formarse, camino alado de la fila y sin más se poso frente a la entrada, los cadeneros le dieron una mirada rápida y la dejaron entrar, sin importar que los de la fila se quejaran de ello.
En algún momento aquel bar fue un gran almacén de automóviles, pero ahora solo era una caja oscura con luces de colores y gente bailando por doquier, se puso los zapatos y dejo su saco al cuidado de alguien más, robó una copa con un licor desconocido y antes de darle un trago se tomó una pequeña pastilla.
No solía preocuparse por estar sola, era un pueblo relativamente pequeño y todo el mundo era exasperante y molesto así que no había muchas personas con las que pasar el rato, pero esa noche era diferente, no sabía si era la nieve o que al fin empezaba a notar la falta de compañía, pero se notaba fría, como si el frío de la calle no la hubiera abandonado después de cruzar la puerta, eso le molestó y como la pastilla no hacía su efecto decidió tomar otra, a ver si eso la ayudaba a entrar en calor. Trato de pegarse a un par de personas, dejándose tocar hasta aburrirse pero nada la calentaba, nadie ni siquiera queria bailar.
Fue al baño a vomitar pero no pudo hacerlo, se sentía extraña y triste, tratando de combatirlo se tomó dos pastillas más, pasandolas con el agua del lavabo mientras dos chicas consumían cocaína sobre la pantalla de un celular, lamiendola cuando terminaron, nada debía desperdiciarse. Un joven entró al baño, buscando a las chicas, ellas salieron entre risas y el chico antes de seguirlas se le quedó viendo, era atractivo y ella también lo era.
Su cabeza daba vueltas y se tambaleaba, sentía tanto frío.
Ella alzó su mano y con un gesto le dijo que se acercara a ella y el así lo hizo, ella lo tomó de las solapas de la chamarra y lo encaminó dentro de un cubículo para besarlo en cuanto la puerta cerró
-¿Cuál es tu nombre nena?- murmuró mientras la tocaba por debajo del vestido, retirando su ropa interior y desabrochado su pantalon, pero ella no contestó
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𝐀𝐃𝐈𝐂𝐂𝐈Ó𝐍 𝐀 𝐓𝐔 𝐍𝐎𝐌𝐁𝐑𝐄
Ficção AdolescenteMe gusta cuando guardas secretos, cuando me miras mal por decirte que te quiero, me gustan tu manos y lo frías que siempre están, déjame acordarme de cuando te amaba y aún podía confiar en alguien, déjame recordar cómo se sentía tener 17, cuando el...