Solo lo suficiente

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Rosary blue- the 69 eyes f.t. Kat Vond D

(Cadillac- Michigan, 6:00 a.m, Sabado )

~ Jennyfer ~

Sentía que flotaba con delicadeza, como una pluma que se mecía suavemente en el aire y caía en un charco de lluvia con suma elegancia. El sentimiento era relajante, pero me mareaba como loca.

Podía escucharlo todo, los pocos coches pasar, la mosca que se paraba sobre la mesa, el latir de su corazón contra mi oreja, pero no su voz.

Estaba consciente de que el hablaba. Podía sentir sus labios moverse contra mi cabeza y cómo jugaba con mi cabello. Que olía y besaba mi cuello y mejillas para seguir con su platica, pero aún seguía incapaz de escucharlo. Era como si estuviera debajo del agua, solo eran murmullos sin definición que por alguna razón me arrullaban y me angustiaban al punto de querer perder la conciencia para encontrar un poco de paz.

Cerraba y abría los ojos con lentitud y giraba la cabeza buscando una potencial estabilidad.

Cuando sentía que se me iba el aire y que no podía más, notaba como sus brazos me rodeaban y me apretaban contra su pecho ocultándome con una cobija que estaba cerca, deteniendo todo.

Mis momentos de tranquilidad solo duraban uno cuantos segundos, hasta que de nuevo todo parecía que se movía a la par de mi corazón.

Murmuraba cosas sin sentido y luego gritaba como loca corriendo por toda la sala, escuchaba que el reía por todo lo que hacía y que también murmuraba estupideces respondiendo las mías. Sentí la presión de su mano en mi cintura y como me guiaba por la estancia hasta estar de nuevo sobre el sillón para besarme hasta dejarme debajo de él, diciendo cosas que ninguno de los dos tenía que escuchar. Mi cabeza exploto de nuevo, abriendo mis ojos de golpe y llenándome de energía, me puse de pie y me puse a correr por todo el departamento hasta cansarme y, de nuevo, volver a sus brazos, llorando sin razón aparente

-¿Por qué lloras reina?- sentí el cálido aliento de John contra mi mejilla haciendo que abriera los ojos al instante, alce la vista hacia el para empezar llorar de manera desconsolada y aún más fuerte, sin importarme que todo mi maquillaje se estaba arruinando. Se quedó callado y acerco todo su cuerpo para poder tomar mi cara y verme a los ojos.

Aún podía sentir que su cuerpo no me olvidaba del todo y que aún recordaba cómo solía hablarme. Pero no era lindo. Era triste, muy triste recordar el pasado, sobre todo aquel pasado.

-¿Estás triste?- preguntó lentamente, dejando su aliento sobre mi piel empapándola de olor a yerbabuena. Asentí después de un tiempo volviendo a sacar más lagrimas de manera ruidosa. -¿puedo hacer algo para que eso cambie?- negué y recargue mi cara contra su pecho empezado a mojarlo con mis lagrimas, sentí su mano en mi espalda y cómo empezó a sobarla con dulzura. Sin detener mi llanto lo abrace más fuerte y empecé a berrear dejándome la garganta y la dignidad en ello, desgarrando mi voz demostrando muchas muchas cosas, entre ellas, no haber llorado desde hace mucho mucho tiempo.

Sentía que de nuevo la vida me estaba llevando al limite. No quería volver allí, era frío y vacío. Tal vez mi vida en estos momentos no sea la mejor y me sienta sola aún con una inmensa cantidad de personas alrededor mío, pero prefería esto mil veces que ayudar personas para que luego me apuñalen por la espalda.

Pero por el momento el era mi único apoyo y tenía que aprovecharlo, aunque nada de eso fuera real.

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𝐀𝐃𝐈𝐂𝐂𝐈Ó𝐍 𝐀 𝐓𝐔 𝐍𝐎𝐌𝐁𝐑𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora