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Al entrar, Katsuki cerró detrás de él. Se quitó los zapatos y los dejó en la entrada. No sabía que hacía ahí. Fue como si sus pies se movieran solos. Pero ya que estaba, iba a aprovecharlo.

- ¿Vienes o qué? — se escuchó desde el otro cuarto.

El rubio se apresuró a seguir la voz. Atravesó un pasillo y entró al cuarto cuya puerta se encontraba entreabierta. El dueño del cuarto estaba poniendo algo en el portátil. El silencio obligó a Katsuki a mirar a su alrededor.

Izuku, se encontraba bastante modesto, ya que al fin y al cabo estaba en su casa. Tenía el pelo mojado, por lo cual el verde natural de su pelo se encontraba más oscuro, y hacia abajo, tapándole un poco la cara. Llevaba una camiseta de manga corta azulada junto con unos pantalones cortos de chándal. Casi parecía un pijama. Y unas crocs del Rayo McQueen. Katsuki rió interiormente.

- ¿Tienes hambre? — Preguntó el peliverde al darse cuenta que no le había dicho mucho desde que le había abierto.

- No. Ejem gracias. — No era de dar las gracias claro está, pero le había abierto las puertas de su casa.

- ¿Seguro que no quieres nada? ¿Agua? ¿Zum-

- ¡Vale! Sí, tráeme algo pero cierra la boca. — dijo finalmente. Le hartaba tanto que Izuku divagara.

Entonces el peliverde se levantó y fue hacia la cocina, con una sonrisa en la cara. Estaba algo nervioso. No era la primera vez que Katsuki estaba en su cuarto, pero se sentía diferente, teniendo en cuenta lo que había pasado el día anterior, aunque él no lo recordase.

Katsuki miró hacia la mesa en la que estaba el portátil. Al lado había un cuaderno. Un poco viejo. Primero verificó que el peliverde no estuviese viniendo, y después se acercó para agarrar el cuaderno en sus manos. "Análisis de héroes para el futuro"

Izuku entró con un vaso de limonada en una mano y una taza de té en otra.

- Nerd. ¿Aún guardas esta mierda?

- Amh, sí. — le ofreció el vaso de limónada. — al principio, ya sabes, cuando no tenía quirk lo usaba para ayudarme en el proceso, pero ahora se ha vuelto un hobbie.

Katsuki no respondió. Lo abrió y comenzó a leerlo.

- ¿Qué haces? — Izuku hizo ademán de agarrarlo, a lo que los reflejos del rubio actuaron en consecuencia, alejándolo.

- Leerlo. ¿Qué tienes aquí que no quieres que lea?

- N-nada, pero devuélvemelo.

- ¿Y si no quiero?

- Estás en mi casa. — dijo riendo. Eso le hizo recordar algo.

"Ésta es mi casa. Si no te gustan mis normas, te vas"

- Okey. Pues me voy. — Katsuki se puso en pie, dirigiéndose a la puerta. No había nada que odiara más que el sentimiento de depender de alguien.

- ¡Kacc- ¡Oye kaccan! — dijo corriendo tras de él. — ¡Era un chiste! ¡No te vayas, por favor!

Katsuki sonrió gloriosamente y se dió de vuelta.

- Ok. Pero no me vuelvas a decir eso.

- Eres un idiota.

- Idiota tú. Te está chorreando el pelo.

- Oh, es que salgo de ducharme. — dijo agarrando los mechones delanteros de su pelo.

- ¿Tu mamá no tiene un secador?

- Sí. Pero no sé usarlo.

- Anda vamos al baño.

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él es mi... ¿mi qué? [bkdk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora