Fotografías.

1.3K 144 24
                                    

Cuando llegaron a su respectivo destino, los padres de Anthony y este bajaron del avión siendo despedidos por un par de señoritas.

El camino de regreso a casa fue silencioso, ni los padres ni el adolescente mencionaron palabra alguna durante el trayecto hasta su morada. Anthony era un mar de emociones, estaba triste, molesto y un poco decepcionado a la vez.

Al llegar a su hogar, lo primero que hizo fue subir a su habitación sin siquiera saludar a algunas personas que se habían quedado al cuidado de su casa. Aventó la maleta que contenía la ropa de su viaje sin importarle el lugar donde cayera. Se apoyó en la puerta mirando el techo, estaba preocupado.

Se preguntaba si había hecho bien en irse sin siquiera aclarar la situación en la que estaba, tal vez si hubiese hablado con calma con Haruka no se sentiría de esa manera, sin embargo tenía miedo, miedo de saber quién era en realidad.

Se lanzó a la cama mirando la puerta de su habitación y al poco tiempo se quedó dormido, no sin antes pensar en Nanase.

* * *

Haruka estaba mirando las estrellas, había una diferencia de horario en los lugares donde estaban él y Anthony, al menos unas nueve horas se llevaba.

Suspiró pesadamente, extrañaba al castaño, el poco tiempo que estuvieron conviviendo bajo el mismo techo fue una experiencia linda para el azabache. Miró sus manos.

Aún podía sentir la calidez de Anthony, o Makoto, como él mismo pensaba.

- Tal vez cometí un error- Susurró dirigiendo su vista a la Luna.

* * *

Habían pasado exactamente dos días desde que había regresado a casa. No salía de su habitación más que para comer y darse duchas, acciones obligadas por sus padres ya que siempre estaban al pendiente de él.

A pesar de que se alimentaba bien se veía decaído, como si se tratase de un muerto en vida que deambulaba por la tierra sin tener un propósito en esta.

Ese día estaba en su cama mirando hacia un lugar de la pared, su rostro no expresaba nada más que puro desinterés, o tal vez tristeza.

Su madre entró con una bandeja del pastel favorito del chico. La dejó sobre el estante que yacía junto a la cama del castaño y caminó hasta la puerta sin pronunciar palabra alguna, pero se detuvo al mirar la maleta de Anthony.

- Anthony, acomoda eso en su lugar, por favor - Giró la perilla de la puerta y salió de ahí.

El mencionado levanto su vista y se volteó a ver la bandeja que contenía su pastel preferido. Antes hubiese hasta brincado de la emoción por tal manjar, pero ahora no se sentía con ganas de nada, no despegaba su vista del postre.

Se levantó de su cama para obedecer a su madre, tomó la maleta y la poca ropa que había salido de esta. Abrió la puerta de su armario y sacó la pequeña escalera, a pesar de estar alto, la necesitaba para alcanzar algunas cosa de su armario que estaba alejadas del principio de los varios estantes que tenía ahí.

La desdobló y subió en ella, buscó entre los estantes un lugar para poner la maleta, encontrando uno en el estante más alto, sin embargo, había una pequeña caja que le podía estorbar, la jaló pero esta estaba toda llena de polvo haciendo estornudar al castaño y tambalearse en las pequeñas escaleritas hasta caer al suelo lastimándose el trasero.

La caja cayó a su lado, abriéndose y dejando a la vista un par de cartas. Le llamaron un poco la atención. Todas iban dirigidas a sus padres, se preguntaba por qué las tenían ahí si bien las podían tener en su habitación o en la pequeña biblioteca con la que contaba su casa.

No le tomó importancia alguna y comenzó a recogerlas todas, una por una, cuando quiso voltear la caja, vio algo. Tomó el objeto en sus manos y sus ojos se abrieron de par en par al ver la dedicatoria de aquella fotografía.

"Para mi mejor amigo,
Makoto Tachibana

De Haruka Nanase"

- Ha-Haruka Na-nase - Pronunciaron sus labios, ese nombre era el mismo de aquel nadador con el cuál pasó gran parte de sus vacaciones, con el cual disfrutó una ida al parque, con el cual tuvo su primera cita, su primer beso -así pensaba él-, de la persona de la cual estaba y seguía estando enamorado.

Pasó algo de saliva haciendo un ruido al completar su acción, su mano volteó aquella fotografía y ahí se podía ver a dos niños, uno idéntico a Haru, el mismo Haru al que había abandonado siendo abrazado por otro niño un poco más alto que él, cabello castaño y ojos verdes.

Un dolor de cabeza le atacó por sorpresa, le dolía tanto que se acostó en el suelo llevando ambas manos hasta sus sienes, frunciendo el ceño y apretando sus ojos.

- Ahg - Se quejó girando hacia su lado derecho apoyándose en su costado. Sus piernas comenzaron a temblar un poco.

Y entonces...

Lo había recordado todo...

* * *

El azabache caminaba de regreso a su casa con una bolsa de supermercado en sus manos, había comprado el pescado para su cena. Se detuvo al escuchar una voz muy conocida para él pronunciando su nombre.

Volteó a ver y era nada más y nada menos que Rin.

- Haru, te vengo hablando desde hace unas cuadras atrás - Comentó el pelirrojo.

- ¿Y por qué no corriste?

Matsuoka frunció levemente el ceño y suspiro. 

- Así me pagas después de que vengo a avisarte los detalles de nuestra próxima competencia - Chasqueó la lengua - No importa, solo venía a decirte el lugar en el que competiremos.

Nanase retomó el camino a su casa y el pelirrojo lo siguió. Al llegar hasta ella le invitó a pasar mientras ambos tomaban un té. Haru con caballa.

- ¿Y bien? - Dijo Haru - ¿Dónde será la competencia? - Bebió un sorbo de su té.

- Los Ángeles, California.

* * * * * * * * *

Hola¿
Sé que me vana regañar, lo siento, la inspiración no me llegaba, solo me llega en las noches, y como había días en los que estaba ocupada con cosas del colegio, me cansaba y pues... caía en brazos de Morfeo temprano¿?

Agradezco a Girls' Generation por darme inspiración y a ustedes por leer ♡

Espero hayan disfrutado el capítulo de hoy, perdonen los errores y a mi ;;

-xunravel.

Regresa, por favor... [MakoHaru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora