......
Primeramente, pido una gran disculpa por no actualizar en tanto tiempo. Realmente he estado ocupada, pero sobre todo, no he tenido ideas, algo que nos sucede a todos los escritores en algún momento. Espero que lo comprendan. Ahora, ¡a continuar con la historia! 💞
Han pasado dos años desde que Saemin estuvo en la cárcel. Durante todo ese tiempo, ha planeado cada movimiento que va a realizar una vez fuera de prisión.
Ya estaba lista para cualquier enfrentamiento con Jungkook.
Era un viernes por la tarde, y la lluvia caía suavemente mientras Saemin salía con su maleta y un caramelo en la boca, como una niña de cinco años, pero con la actitud de una joven malcriada y desafiante. Saemin ya había cumplido sus dieciocho años.
Pov Saemin
Caminaba hacia la salida. Se preguntarán, ¿cómo logré salir en tan poco tiempo? Se suponía que debía pasar al menos siete años en prisión, según la ley, por todo lo que me enseñó mi supuesto padre. Sin embargo, hice algo de trampa. Al enterarme de que el padre de Jungkook fue asesinado y me dejó la herencia a mí, no perdí el tiempo y jugué sucio.
Recuerdo que el padre de Jungkook vino a verme hace ocho meses y me hizo firmar unos papeles; lo hice sin pensar demasiado. Ahora me encuentro con que tengo que reunirme con Jungkook para averiguar de qué trata ese maldito contrato. Aunque no niego que me sacó de muchos problemas, como estar nuevamente en libertad. Esta vez, Jungkook va a pagar por el engaño que me hizo.
Al llegar a su destino, un auto lujoso la esperaba. El guardaespaldas subió la maleta de Saemin al vehículo.
Jungkook: —Vaya, vaya, cuánto tiempo sin vernos —dijo irónicamente, sonriendo y observándola, consciente de que ella iba a intentar algo.
Y así fue. Saemin no perdió la oportunidad e intentó sujetarlo para apretar su cuello, pero no fue posible. Jungkook tenía habilidades avanzadas, al igual que ella. Ambos forcejeaban en el auto, esperando una rendición, pero ninguno estaba dispuesto a ceder.
En un momento de tensión, ambos quedaron muy cerca. Jungkook sostenía las manos de Saemin, y ella, en un arrebato, mordió su hombro derecho con furia.
Jungkook era fuerte, y aunque el mordisco le dejó una gran marca a pesar de llevar un traje grueso, no mostró dolor. Saemin había liberado su ira en esa mordida, usando todo lo que había aprendido de él y de lo que tuvo que aprender en la cárcel para sobrevivir.
Jungkook: —Has aprendido bien del mejor, pero también necesitas aprender a controlarte.
Dijo esto con una sonrisa, mientras observaba los labios de Saemin.
Saemin: —Me enseñaste de todo, pero no a controlarme. Mejor cierra la boca y acabemos con esto antes de que haga una locura.
Jungkook: —Muy bien, como tú digas.
Jungkook soltó las manos de Saemin, aunque no dejaba de observarla. En esos dos años sin verla, ella había cambiado: su cuerpo era más firme y su presencia más intensa. Se veía más sexy que antes, lo que era una tentación para él.
Jungkook: —¿Sabes? Después de todo, no te guardo rencor —dijo irónicamente.
Saemin lo miró muy seriamente.
Saemin: —¿Que no me guardas rencor? Cuidado con lo que dices, idiota. Yo soy quien debería lanzarte de un edificio ahora mismo. Deja de decir estupideces antes de que pierda el control.
Jungkook: —Pensaba que ya lo habías perdido.
Saemin frunció el ceño, visiblemente molesta.
Jungkook: —Está bien, está bien. Me callo.
Mientras ambos observaban el paisaje desde el auto, Jungkook no podía evitar mirar a Saemin. Mordía sus labios, sabiendo que no tenía ningún control sobre sus deseos y decidido a recuperarla, solo para hacerla suya.
Por su parte, Saemin evitaba mirarlo, aunque una curiosidad latente le inquietaba. ¿Qué condiciones le había dejado el padre de Jeon para otorgarle la herencia a ella, una desconocida, en lugar de a su propio hijo?
Algo debía haber planeado el señor antes de morir. O mejor dicho, antes de que lo mataran.
Jungkook: —Ya llegamos. —Dijo al salir y arreglarse la corbata antes de abrirle la puerta a Saemin.
Saemin: —No necesito a un falso caballero; sé abrir las puertas por donde quiero salir. —dijo, saliendo por la otra puerta.
Jungkook solo pudo sonreír ante la actitud de Saemin.
Jungkook: —No es bueno que nos llevemos así.
Saemin: —No será bueno para ti si no te callas.
Jungkook volvió a sonreír y se acarició la nariz.
Guardaespaldas: —Señor, recibí una llamada. Dicen que lo están esperando para que firmen el documento.
Saemin: —¿Qué documento?
Jungkook: —Sí, ¿qué documento?
Guardaespaldas: —Mmm, no lo sé... Creo que es el de la boda.
Jungkook y Saemin: —¿¡Qué boda!?
Continuará....
Si les gustó no se olviden de darle a la estrellita y seguirme si gustan.
Hasta la próxima. 💜❤💞🌷
ESTÁS LEYENDO
"ERES SOLO MIA" IMAGINA CON JEON JUNGKOOK.
FanficHISTORIA 100% MÍA. NO ACEPTO COPIAS NI ADAPTACIONES. ESPERO Y LES GUSTE.